Ciudad Abierta

El turismo aportará cuatro por ciento del consumo en El Buen Fin

Los destinos turísticos que deben estar más contentos porque serán los más visitados en esos días de noviembre serán: Veracruz, Acapulco, Puerto Vallarta, Mazatlán, Tampico, Cancún y Riviera Maya.

Como ya va siendo costumbre cada año, esta semana una decena de dependencias gubernamentales y organismos de la iniciativa privada se reunieron para anunciar la celebración de El Buen Fin, que en todo el país se llevará a cabo en noviembre.

Según explicaron, el año pasado esta fiesta del consumo registró ventas por 112 mil 400 millones de pesos, cifra que, conservadoramente, esperan que en este 2019 se eleve en cinco por ciento para alcanzar los 118 mil 120 millones de pesos.

Las razones, digamos técnicas, que dieron para esperar un récord de ventas, es que la tasa de inflación anualizada es notoriamente menor a la del año pasado y al incremento en los salarios mínimos, lo cual conjuntamente se traduce en un mayor poder adquisitivo de la gente que trabaja. A esto hay que añadir que el nivel de confianza actual de los consumidores es superior al de octubre y noviembre de 2018, y la disminución de la tasa de interés de referencia que recientemente hizo el Banco de México.

Pero a esta explicación económica habría que agregar algunas razones más coloquiales, como el sorprendente posicionamiento que ha logrado en los mexicanos en los nueve años de vida que lleva El Buen Fin. Ya es común escuchar cómo la gente habla con anticipación de los productos o servicios que adquirirá durante esos días, además de que cada vez se generaliza más la idea de aprovechar las ofertas del evento para, con un mes de anticipación, hacerse de una vez de los regalos que dará en Navidad, Año Nuevo y hasta de Reyes Magos, los más previsores.

Los artículos que más buscan los compradores en esos días con teléfonos celulares y aparatos electrónicos como pantallas de televisión y tablets, muebles, ropa y viajes.

Sobre este último rubro, la previsión es que, gracias a la coincidencia de los días de El Buen Fin –15 al 18 de noviembre— con el Fin de Semana Largo de la conmemoración del 20 de noviembre, Día de la Revolución Mexicana, alrededor de un millón 813 mil personas aprovecharán para salir de viaje, con lo cual elevarán la ocupación hotelera al 67.1 por ciento –nueve por ciento más que la media nacional— y dejarán una derrama económica de cuatro mil 904 millones de pesos.

Esto significa que, de cumplirse los pronósticos, tan sólo el sector turístico del país estará aportando el 4.1 por ciento de todo el gasto que genere El Buen Fin de 2019.

Los destinos turísticos que deben estar más contentos porque serán los más visitados en esos días de noviembre –de acuerdo con las proyecciones de la Secretaría de Turismo– serán Veracruz, Acapulco, Puerto Vallarta, Mazatlán, Tampico, Cancún y Riviera Maya, en cuanto a playas se refiere.

Por su parte, las ciudades sin costa que recibirán más turistas serán: Ciudad de México, Guadalajara, Mérida, Monterrey, Cuernavaca, San Cristóbal de las Casas y Pachuca. Principalmente, serán los tour operadores y proveedores de servicios turísticos como hoteles, líneas aéreas y restaurantes los que se sumen a esta iniciativa, ofreciendo precios atractivos y elaborando paquetes para que la gente se anime a viajar, aprovechando, además, que dispondrá de más días de asueto por el 'puente' revolucionario.

Sin duda, estas fechas son una buena oportunidad para adquirir, a menores precios de los habituales, bienes duraderos y viajes; sin embargo, los consejos de rigor nunca sobran, como no gastar más de lo que se tiene; evitar endeudarse a futuro saturando las tarjetas de créditos, sin la precaución de prever que estos nuevos saldos superarán su capacidad de pago mensual; revisar que las compras por internet se hagan en sitios seguros, para no ser víctima de fraude; y no comprar cosas que no necesiten, aunque el precio sea muy tentador.

Es obvio que esta fiesta de las compras se hizo para animar a la gente a salir a las tiendas y regresar a casa con las manos llenas de bolsas, pero también es cierto que su objetivo principal es impulsar las actividades productivas y comerciales del país, al mismo tiempo que aportar un beneficio –el ahorro— a la economía de los trabajadores, con ofertas y descuentos reales que alienten un consumo inteligente.

Y, quizá, precisamente, este sea el punto principal: aprovechar El Buen Fin no para endeudarse como un párvulo consumista que, tarde o temprano, se lamentará de haber usado la tarjeta de crédito como si después no tuviera que pagarla y como si ésta no cobrara intereses; sino para adquirir de manera consciente y sensata los productos que ya pensaba comprar, pero que decidió esperarse o adelantarse un poco, para lograr tenerlos, pagando por ellos un menor precio y sin generar presiones a la economía familiar o particular. Cada quien decide.

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