Gerardo Herrera Huizar

Más allá de la disciplina

La razón más elemental de ser del Estado es la armonización de los intercambios sociales. Más que la provisión de servicios, su función primordial es la protección de la vida y el patrimonio de los individuos y las colectividades, señala Huízar.

Se va tornando en escena cotidiana la agresión con piedras y palos de que son objeto unidades militares por parte de turbas enardecidas en localidades a las que, en teoría, van a servir y proteger.

La base fundamental sobre la cual se estructura una fuerza armada es la disciplina, bajo principios universales de legalidad y correspondencia jerárquica, lo que le da la solidez institucional indispensable como garante de la seguridad de la nación y la estabilidad del Estado, por ello debe obedecer también a principios de racionalidad y claridad funcional para el eficaz cumplimiento de las misiones constitucionales a que está convocada.

La razón más elemental de ser del Estado es la armonización de los intercambios sociales. Más que la provisión de servicios, su función primordial es la protección de la vida y el patrimonio de los individuos y las colectividades. La neutralización de los más elementales riesgos y amenazas a las comunidades. Para ello, la sociedad le ha cedido soberanía y le ha dotado del mandato y los instrumentos que le facultan para cumplir con tales tareas, entre ellos la ley y la fuerza, a los que el Estado, por su naturaleza, no debe abdicar.

En un entorno de gran inseguridad y violencia de grupos criminales, el próximo lunes patrio, veremos desfilar, como de costumbre, el gran contingente militar, robusto y gallardo, poderosamente armado, luciendo los vistosos uniformes de la lealtad y el honor de México, al que se sumará por vez primera la naciente Guardia Nacional, en conmemoración de la gesta libertaria. Nos preguntamos ¿qué se puede esperar para ese día? ¿Existe acaso la posibilidad de que alguien pretendiera sabotear el lucimiento del desfile con manifestaciones o agresiones a nuestros soldados? Cabe recordar que ya se han suscitado agresiones a militares incluso en la sede del poder ejecutivo y algunas autoridades locales han decidido suspender los festejos por no existir condiciones mínimas de seguridad.

Dados los ejemplos recientes, todo es posible, a sabiendas de que no habrá respuesta ni castigo a la provocación por extrema que sea.

Contacto: grhhuizar@gmail.com

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