Gerardo Herrera Huizar

Guardia Nacional. ¿Qué y cómo? (I)

La Guardia Nacional, en su sentido original, tiene una connotación castrense, de carácter local y complementaria, en circunstancias de emergencia, de las fuerzas armadas de la federación.

"El presidente de EU será comandante en jefe del ejército y la marina de EU, y de la milicia de los diversos estados cuando se la llame al servicio efectivo…" (Hamilton)

En la conformación del sistema federal de Estados Unidos, uno de los asuntos más relevantes que se discutieron fue el de la integración y funcionamiento de sus ejércitos, tanto aquellas milicias propias de las antiguas colonias británicas que constituyeron la guardia nacional de cada estado, como las fuerzas militares bajo el poder central de la nueva federación que se conformaba (ejército y marina), con una pertinente delimitación de competencias para los estados miembros y las correspondientes a la federación. Así, los gobernadores, en uso de su facultad y autonomía, conservan el mando de sus propias fuerzas locales integradas por voluntarios, con atribuciones definidas y acotadas de acuerdo con la constitución de manera clara y puntual.

Los padres de la patria mexicana, a pesar de las innumerables diferencias políticas, geopolíticas, idiosincráticas, socioculturales y económicas, incorporaron en nuestra Constitución conceptos del texto norteamericano, como el de la Guardia Nacional, que hasta hoy se mantiene como un simple enunciado difuso legalmente y confuso orgánicamente, circunstancia que deriva de la asimilación de un modelo ajeno, carente de definición propia y de objeto funcional.

La Guardia Nacional, en su sentido original, tiene una connotación castrense, de carácter local y complementaria, en circunstancias de emergencia, de las fuerzas armadas de la federación y debe contar con un marco definido y claro en cuanto a su encuadramiento orgánico, estructura, dependencia, misiones y funciones, soportadas por un andamiaje legal sólido.

Establecer el qué, el cómo y el para qué, es la primera y fundamental tarea de quienes la promueven para evitar yerros e improvisaciones de consecuencias trascendentes para la República.

Sigamos el tema.

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