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AMLO tira decreto a favor de especies marinas

Georgina Morett escribe que en el gobierno anticipado del presidente electo, se decidió negociar con EPN para evitar que se publicara un decreto para proteger la fauna del Golfo de California.

En el gobierno anticipado del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se decidió negociar con el presidente Enrique Peña Nieto para evitar que se publicara un decreto para proteger la fauna del Golfo de California.

La Semarnat trabajaba en el Estudio Previo Justificativo, en el cual se establecían todos los detalles para proteger a las especies marinas, en el que se incluía el tamaño del polígono y sus características, que se puso a consulta durante un mes, para que fuera la Reserva de la Biósfera de Mar de Cortés y Pacífico Sudcaliforniano.

Obviamente, los pescadores se quejaron y buscaron al presidente electo, quien comentó en Mazatlán durante su gira de agradecimiento que "en estos días nos visitaron pescadores de Sinaloa, preocupados porque estaba queriendo el gobierno federal decretar la prohibición de pesca en el Golfo de California, hasta acá, hasta Mazatlán, un polígono que impedía ya que se pescara. Intervenimos, se habló con el presidente Peña y se paró ese decreto". Así sin más, sin un estudio de impacto ambiental.

Para que entendamos la importancia del Mar de Cortés es bueno saber que tiene aproximadamente mil kilómetros de longitud y 150 kilómetros de ancho, con cuencas marinas que alcanzan profundidades mayores a los tres mil metros y un sinnúmero de montes y cañones submarinos, numerosas islas y fosas hidrotermales que lo convierten en un oasis marino, del cual dependen un gran número de especies, que interactúan con otros ecosistemas costeros mediante corredores migratorios.

O sea que si se prohíbe la pesca en un polígono alrededor de la península de Baja California, se lograría mantener este oasis donde se han registrado aproximadamente cuatro mil 500 especies de invertebrados marinos y más de 875 especies de peces, de las cuales 77 son consideradas endémicas, y además permitiría que las especies se reprodujeran y crecieran, por lo que en un tiempo determinado mejoraría la pesca.

En un estudio sobre pesca ilegal, elaborado por el Imco, se señala que en México 46.3 por ciento de los recursos pesqueros está aprovechándose al máximo, 29 se encuentra sobrexplotado y 19 por ciento, colapsado.

Por ejemplo, en las sardinas que son un alimento muy utilizado en nuestro país, ha habido una notable disminución en su disponibilidad. De acuerdo con la Coalición en Defensa de los Mares de México los mayores desembarques se registraron en 2008-2009 con 500 mil toneladas y en 2013-2014 sólo se llegó a tres mil 500 toneladas. Esto provocó que en Estados Unidos y Canadá, desde 2015, se cerrara la pesquería indefinidamente en la zona, por no existir suficiente biomasa para garantizar su viabilidad; sin embargo, nosotros la utilizamos principalmente como harina de pescado, sin importar si ponemos en riesgo no sólo a las sardinas, sino también a todas las especies que dependen de ellas para su alimentación como peces carnívoros, focas, lobos marinos, delfines, ballenas y aves marinas.

En este caso no ha habido grandes defensores de este intento de decreto que simplemente pasó a la nada, quizá porque, a diferencia del nuevo aeropuerto, los intereses económicos están a favor de la pesca sin restricciones.

México es muy vulnerable a la pesca ilegal porque hay más de 200 mil pescadores de pequeña escala y una flota ribereña de cerca de cien mil embarcaciones.

Y tiene fuertes repercusiones económicas, ya que por cada peso que produce la pesca se generan 60 centavos adicionales a la economía, mientras en el mundo se generan tres dólares.

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