Perspectiva Global

Reunión de otoño FMI/BM 2018 – Mayores riesgos, menor crecimiento

Los conflictos geopolíticos y la remoción del estímulo monetario en las economías avanzadas están incrementando los riesgos a nivel global, y si bien la economía mundial sigue creciendo, muestra señales de desaceleración.

La reunión anual de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) se llevó a cabo la semana pasada en Bali, Indonesia ('México e Indonesia', 9 de octubre). Si bien se continúa previendo un sólido panorama de crecimiento mundial, ya hay señales de desaceleración y una menor sincronización entre los ciclos macroeconómicos de los 189 países miembros. Los riesgos geopolíticos y la remoción del estímulo monetario en economías avanzadas están incrementando los riesgos a nivel global. En este sentido, el escalamiento en los riesgos geopolíticos ha ido ya más allá de la retórica populista hacia el separatismo, así como la instrumentación de medidas proteccionistas a nivel comercial y migratorio, cuestionando los pilares que han dado fundamento a la economía global por mucho tiempo. Así, la intrincada combinación compuesta por el proteccionismo y otros temas específicos de varios países, ocurriendo al mismo tiempo en el que se está normalizando la política monetaria en economías avanzadas, están incrementando la probabilidad de que se observe una desaceleración económica global. Por si fuera poco, el reciente incremento de los precios del petróleo se está incorporando a la lista de complejidades que el mundo está experimentando actualmente.

Crecimiento sólido, pero a una tasa menor y con menor sincronización. Como es ya tradición, las reuniones del FMI/BM iniciaron justamente con la publicación de la actualización del documento titulado 'Panorama Económico Global' (World Economic Outlook o WEO). En este contexto, el staff del FMI revisó sus proyecciones de crecimiento económico global para 2018 y 2019 a la baja de 3.9 por ciento anteriormente, a 3.7 por ciento, para ambos años. La verdad de las cosas es que los ajustes a los pronósticos a nivel global no fueron realmente significativos (0.2 puntos porcentuales). Sin embargo, si lo ponemos al lado de las fuertes caídas que hemos observado recientemente en los mercados accionarios y de bonos a nivel global, creo que son señales importantes que nos están advirtiendo que el impulso que observó la economía global en los últimos años podría estar empezando a perder fuerza.

Riesgos geopolíticos in crescendo y yendo más allá de la retórica populista. Si bien la reciente conclusión de las negociaciones del nuevo acuerdo comercial de norteamérica (i.e. USMCA) brindó un respiro a las tensiones comerciales a nivel global, el presidente de los Estados Unidos, Trump, ha pasado de amenazar constantemente con instrumentar medidas proteccionistas a efectivamente imponer aranceles. Del otro lado del Atlántico, la salida del Reino Unido de la Comunidad Económica Europea (o Brexit) se está convirtiendo en una realidad, desacelerando la economía del Reino Unido. Por su parte, el nuevo gobierno de corte populista en Italia no ha podido convencer a los participantes de los mercados de que sus planes fiscales son sostenibles en el largo plazo. Así, el ascenso del populismo está haciendo que el mundo cuestione los pilares que soportaron los fundamentos de cómo funcionó la economía global por muchos años. Desafortunadamente, esto está provocando que les cueste trabajo a inversionistas y empresarios decidir en qué y dónde asignar su capital, lo que a su vez provoca menores perspectivas de crecimiento global hacia adelante.

Como comentario final, dos aspectos que me dejaron pensando mucho fueron: (1) El mundo podría no estar preparado para una crisis. Sobre todo en el sentido de que las instituciones multilaterales, sobre todo las encargadas de proveer liquidez de corto plazo cuando se desatada una crisis, como el FMI, no estaban preparadas en el 2008-2009 y aunque se han intentado hacer reformas desde el interior, los países miembros más importantes no las han secundado. Asimismo, un problema mayor es que varios de estos países han cambiado su enfoque hacia el interior, limitando la esperanza de que puedan responder de manera tan contundente y coordinada, como lo hicieron en la crisis pasada; y (2) el ascenso del populismo y el proteccionismo están 'distrayendo' a los actores de política económica global de temas mucho más relevantes de largo plazo como el cambio climático, el análisis del impacto de la revolución tecnológica y la reducción de la desigualdad socioeconómica.

En resumen, pase lo que pase, al menos debemos estar preparados para mayores niveles de volatilidad.

Aprovecho estas líneas para felicitar a El Financiero por su 37º aniversario (ayer). Un gran diario que ha ido evolucionando a ser un medio de comunicación que incorpora los avances tecnológicos más trascendentales, sin perder su altísimo nivel crítico, pero balanceado, libre y objetivo.

* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

COLUMNAS ANTERIORES

Banxico bajó tasas. ¿Qué sigue?
Semana definitoria para los mercados

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.