Perspectiva Global

Banxico – Desaceleración, persistencia y de la inflación y tipo de cambio

Esta semana el Banco de México publicará su decisión en torno a la tasa de interés de referencia y el consenso de analistas estima que se mantendrá en el mismo nivel.

La Junta de Gobierno del Banco de México llevará a cabo su reunión de política monetaria esta semana y publicará su decisión en torno al nivel de la tasa de interés de referencia y el comunicado que acompaña a dicha decisión este jueves a la 1:00 pm. El consenso de analistas anticipa que los miembros de la Junta de Gobierno dejarán la tasa de política monetaria sin cambio en 8.25 por ciento. Por ello, la atención de los participantes de los mercados financieros se centrará en el tono del comunicado, para tratar de captar alguna señal sobre la posibilidad de que pudiera haber un cambio en la tasa de interés en el futuro cercano. En mi opinión, hay tres temas centrales de discusión para la Junta de Gobierno:

(1) Desaceleración económica. Hace dos semanas el INEGI publicó el PIB para el primer trimestre de este año en donde la economía observó una caída trimestral de 0.2 por ciento, con respecto al cuarto trimestre del año pasado (ajustado por estacionalidad). Como he comentado con anterioridad, es normal que el PIB se desacelere en el primer año de una administración. Ocurrió en el inicio de los sexenios de los expresidentes Fox, Calderón y Peña Nieto, aunque siempre hay casos especiales. Por ejemplo, en el primer año de Fox, la economía se desplomó 0.2 por ciento en todo el año. Si bien parte de la desaceleración tuvo que ver con el cambio de funcionarios públicos, etc. haciendo más lento el gasto y la inversión pública —como en todos los inicios de administración—, en este caso, el colapso de las empresas de Internet en EU tuvo un impacto mayúsculo en la actividad económica de nuestro país. En el primer año de Peña Nieto, se decidió perseguir una política de 'déficit cero' y la ejecución del gasto y la inversión pública 'paró en seco'. Asimismo, se decidió modificar las 'reglas del juego' con las que operaban las vivienderas y desafortunadamente se desarticularon las cadenas de suministro, así como el dinamismo de la industria de la construcción, dando como resultado una tasa de crecimiento del PIB de 1.4 por ciento en el primer año del sexenio pasado. Así, además de la lentitud en la ejecución del gasto y de la inversión pública —propia del primer año de sexenio—, los todavía escasos meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador han estado caracterizados por tres choques transitorios que restaron dinamismo a la actividad económica: (a) La falta de suministro de combustible; (b) las huelgas en Tamaulipas; y (c) los bloqueos de las vías férreas en Michoacán. En este sentido, si bien el objetivo del Banco de México no es el crecimiento económico per se, sino la inflación —como creo que debe ser—, puede procurar que se cumpla su objetivo de la forma menos onerosa para la actividad económica, por lo que si el PIB se está desacelerando y la inflación está controlada, bien haría falta un relajamiento de las condiciones monetarias (i.e. una disminución de la tasa).

(2) Inflación. La Junta de Gobierno del Banco de México ha destacado en reiteradas ocasiones la persistencia de la inflación subyacente. Desde 2017 en que el gobierno decidió llevar a cabo el aumento quincenal más grande del precio de la gasolina desde 1995, la dinámica de la inflación general ha estado dominada principalmente por los precios de las gasolinas. Sin embargo, enfocándonos en la inflación subyacente —que excluye justamente los precios de las gasolinas (entre otros) y que refleja más si la inflación se encuentra o no presionada por cuestiones de demanda—, ésta se encuentra en 3.9 por ciento anual. No es un nivel alarmante, pero no se ha ubicado por debajo de 3.5 por ciento desde diciembre de 2016. Para algunos esto puede significar que pudieran haber presiones inflacionarias de lado de la demanda y eso es una alarma para el banco central en términos de que tiene que regular la rápida velocidad de las compras, con la 'lentitud' de la producción. En mi opinión, al contrario, a pesar de tantos choques que pudieron haberla contaminado, la inflación subyacente ha estado muy moderada. Si bien la restricción monetaria de Banxico ha propiciado eso, hacia delante considero que es muy probable que la inflación vaya a comenzar a disminuir debido a la desaceleración económica que está enfrentando nuestro país.

(3) Tipo de cambio. Esta variable reacciona por dos causas: (a) Si la divisa del país con respecto de la otra tiene o tendrá un mayor o menor valor en términos de la situación política o económica que perciben los participantes de los mercados; y (b) el diferencial de tasa de interés. Así, a veces la situación política o económica de un país podría no ser muy promisoria —relativamente al otro país—, pero si la tasa de interés que se paga es suficientemente alta con respecto a la de la otra divisa, entonces el tipo de cambio puede reflejar cierta estabilidad, que no estaría presente con los argumentos en (a). Actualmente México tiene la mayor tasa de interés en los mercados emergentes que no están en crisis. La tasa de política monetaria de 8.25 por ciento en México se encuentra 175 puntos base (pb) por arriba de Brasil, 400 pb de Colombia, 525 pb de Chile y 550 pb de Perú. Por otro lado, se percibe un ambiente de baja de tasas en casi todos los bancos centrales del mundo, claramente impulsados por la amenaza de desaceleración económica global. Así, no veo por qué no hay espacio hoy para que el Banco de México disminuya la tasa de interés pronto. Sé que en un ambiente de incertidumbre como la que un nuevo gobierno propicia, Banxico puede disminuir la incertidumbre al no bajar las tasas, pero no veo por qué el tipo de cambio peso-dólar no pueda ubicarse más cerca de 20 o 21 pesos por dólar, que ayudarían a nuestro sector exportador, sin que tenga un efecto significativo en la inflación.

* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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