Perspectiva Global

Fuerte inicio de año para la economía mexicana

Hay sectores y estados con un potencial de crecimiento adicional este año, conforme la actividad continúe recuperándose.

La actividad económica en nuestro país ha tenido un muy buen inicio de año. Los datos recientes disponibles muestran un mayor dinamismo. Esto ha sido el caso tanto para los datos considerados como ‘blandos’ –como los indicadores basados en encuestas de opinión, e.g. el indicador IMEF–, como para los datos ‘duros’, como los reportes mensuales de balanza comercial y empleo en enero. Antes que nada, veamos cómo terminó la actividad económica en 2022. La semana antepasada el INEGI publicó su ‘estimación tradicional’ del Producto Interno Bruto (PIB) para el cuarto trimestre de 2022 (4T22). El PIB registró una tasa de crecimiento de 0.5 por ciento en 4T22, con respecto al trimestre anterior y de 3.7 por ciento con respecto al cuarto trimestre de 2021 (tasa anual). Así, la economía mexicana creció 3.1 por ciento en todo el año 2022. Cabe señalar que en el tercer trimestre del año pasado se alcanzó finalmente el nivel de actividad económica que se tenía antes de la pandemia (4T19).

Esto ocurrió a nivel agregado, pero a nivel sectorial todavía hay rubros que no han alcanzado su nivel prepandemia. Tal es el caso de la construcción, así como de servicios de hotelería y restaurantes –entre otros–, que todavía se encuentran 4.5 y 1.8 puntos porcentuales (pp) por debajo de su nivel pre-Covid, respectivamente. De la misma manera, a nivel estatal, todavía hay once estados cuyo PIB no ha alcanzado su nivel de actividad prepandemia, al menos hasta el tercer trimestre de 2022, que los datos se encuentran disponibles. En el norte, Coahuila y Tamaulipas; en el Bajío, Aguascalientes; en el occidente, Colima y Michoacán; en el centro del país, Puebla, Tlaxcala y Ciudad de México; y alrededor del Golfo de México, Veracruz, Campeche y Yucatán. Así, todavía hay sectores y estados en los que hay un potencial de crecimiento adicional este año, conforme la actividad se continúa recuperando.

Datos ‘blandos’. El indicador IMEF –equivalente al índice ISM en EU o a los PMIs a nivel global–, tanto de manufactura como servicios, no solo se mantuvo por encima del umbral de expansión de 50 en enero y febrero, sino que también lograron una racha alcista de seis y trece meses, respectivamente. Cabe señalar que los subcomponentes de empleo fueron los que más crecieron de enero a febrero.

Datos ‘duros’. En el ámbito del comercio exterior, las exportaciones no petroleras registraron un aumento mensual de 6.3 por ciento en enero, después de tres meses consecutivos de caídas. Éstas estuvieron lideradas por las exportaciones manufactureras (7.1 por ciento mensual), particularmente en el sector automotor (12.1 por ciento mensual). Asimismo, las importaciones de bienes de consumo también tuvieron un buen desempeño, registrando una tasa de crecimiento mensual de 19.1 por ciento. En cuanto al mercado laboral, se crearon cerca de 410 mil empleos en enero, un dato muy distinto a lo que ocurre normalmente en el primer mes del año. De hecho, la tasa de desempleo se redujo a un nuevo mínimo histórico para enero en 3.0 por ciento, a pesar de que esto significó un ligero aumento desde 2.8 por ciento en diciembre.

Otros datos también respaldaron el sólido inicio de año. Si bien la demanda de crédito en enero se estabilizó frente al fuerte crecimiento observado el año pasado, el crédito en el sector de la construcción continuó creciendo significativamente en términos reales. Adicionalmente, aunque los ingresos fiscales registrados en enero reflejan parte del desempeño económico del año pasado, el aumento de los ingresos tributarios no petroleros fue muy significativo, con un incremento anual de 5.5 por ciento en términos reales. Estos ingresos fueron particularmente impulsados por un aumento anual de 9.8 por ciento en la recaudación del impuesto sobre la renta (ISR).

En mi opinión, estos datos van en línea con mi pronóstico de crecimiento trimestral para los primeros tres meses del año de 0.8 por ciento (3.0 por ciento a tasa anual), por arriba del 0.5 por ciento en 4T22. No obstante la fortaleza que hemos observado en este inicio de año, considero que será muy importante continuar prestando atención a la dinámica de crecimiento de Estados Unidos, particularmente a medida que la creciente restricción monetaria instrumentada por el Banco de la Reserva Federal (Fed) va actuando sobre la economía, potencialmente enfriando la actividad. En este sentido, considero que este es el factor más importante, junto con el nearshoring y la recuperación a niveles pre-Covid de algunos sectores, para poder evaluar cuánto crecerá la economía mexicana este año. Hasta ahora, sigo anticipando que el PIB de nuestro país crecerá 1.4 por ciento este año, todavía por arriba del consenso en 1.2 por ciento, de acuerdo con la encuesta de economistas del Banco de México, publicada la semana pasada, pero aun así asume una desaceleración en la segunda mitad de este año.

* El autor es Economista en jefe para Latinoamérica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.

* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.

COLUMNAS ANTERIORES

‘Oktoberfest’ en México
Balance AMLO, retos Sheinbaum

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.