Debate Puntual

Fiestas patrias e identidad nacional

Este Debate Puntual se centra en la búsqueda de unidad ciudadana que tanto necesitamos en los tiempos que corren.

Hoy, 16 de septiembre, celebramos 209 años del inicio de la lucha que libró nuestro país por su independencia. Mucho ha pasado en dos siglos, y cada uno de esos actos (que ya forman parte de la historia) han forjado el México que conocemos actualmente: una nación consolidada como una república libre y soberana, dividida en 32 entidades que gobiernan con autonomía para millones de mexicanos.

Es verdad que, a veces, parece que la coyuntura política nos sobrepasa, consume nuestro día a día con información que propicia la intolerancia. Parece que se libra una batalla cruda en la arena pública, y se vuelve inevitable tomar un bando en medio de la polarización. Por ello, me gustaría que reflexionáramos, con las fiestas patrias como marco, sobre los temas que nos identifican hoy, después de las luchas independentista y revolucionaria; después de siglos de transformaciones constantes y de gran magnitud.

A pesar de todo lo que ha ocurrido en la historia reciente de nuestro país, estoy convencido de que hay ideales y valores que nos unen más allá de las diferencias políticas. Nuestro amor por México siempre está latente, no sólo en el mes de septiembre, y sin duda hemos aprovechado distintas ocasiones para demostrar unidad desde todos los frentes cuando visiones externas tratan de irrumpir e intervenir nuestra cotidianeidad.

Es mucho lo que hemos cambiado con el paso del tiempo. Hoy en día, con el amplio acceso a la información, la pluralidad de ideas, la diversidad de ideologías, la multiplicidad de temas, todo abona a crear distintas matrices de opinión y a la conformación de numerosos grupos que parecen pelear más por sus intereses propios que por los del bien social.

Sería inútil querer frenar el crecimiento de dichos grupos o detener el flujo de la información. No es en la pluralidad donde está el problema. Lo que debemos tener muy claro, sin importar la ideología que elijamos representar, es que esa nueva pluralidad es la que conforma el mosaico actual de lo mexicano. En medio de esa diversidad debemos encontrar el hilo conductor que nos iguala y nos identifica dentro de otra identidad mayor: la identidad de quien nace y vive en México.

Aunque los tiempos cambien y la información y la tecnología acorten las distancias y derriben las fronteras, la confirmación de nuestra identidad nacional sigue siendo de la mayor relevancia. No en un sentido chovinista, porque la misma realidad actual marca una agenda donde lo global se impone. Pero sí en un sentido de valores, con una perspectiva adecuada a nuestro presente.

Reflexionemos, entonces, sobre lo que significa ser mexicano hoy en día. La libertad, la independencia, la soberanía, todavía siguen siendo valores vigentes. Me parece indispensable que sumemos a esa breve lista otros elementos también relevantes, como la comunidad, el respeto, el trabajo duro, la igualdad de oportunidades. Probablemente sea hora de que los grandes discursos, los de los templetes y las tribunas, se enfoquen también en lo más humano, lo que nos hace levantarnos cada día, esforzarnos por construir para los nuestros y para los otros; lo que, a veces, nos lleva lejos de nuestro propio camino, con tal de ayudar un poco al camino de alguien más.

A pesar de las discrepancias que puedan existir entre los mexicanos, no olvidemos que este país ha salido adelante de las tragedias y los momentos difíciles gracias a la unidad y al compañerismo. Ya es tiempo de que las divisiones queden atrás.

Pienso en un hecho que ocurrió hace unos días en el estado de Puebla. Hemos sido testigos de numerosos ataques en contra de miembros de nuestras Fuerzas Armadas en lo que va del sexenio, en los que soldados sufrían agresiones por parte de supuestos civiles (casi siempre coaccionados por grupos criminales). Por fin, hace unos días, pudimos ver videos en los que las fuerzas del orden se defienden sin agredir directamente a sus atacantes.

El Ejército y la Marina son de las más grandes instituciones de nuestro país. Aunque existen numerosos casos en los que se investigan abusos a los derechos humanos, no cabe duda de que sus filas están conformadas, mayoritariamente, por mexicanos interesados en el bien común. En ese sentido, expreso mi mayor reconocimiento a todos los miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina, dos instituciones que procuran por la seguridad y tranquilidad de todos nosotros.

Me parece importante que el gobierno les haya dado el respaldo para que puedan realizar sus funciones, siempre con el uso adecuado de la fuerza, sin abusos ni atropellos a los derechos de los ciudadanos. Fue una sorpresa positiva ver el respaldo de la ciudadanía ante hechos como el ocurrido en Puebla, con lo cual se refuerza el respeto y la gratitud que debemos a soldados y marinos que, con honor, lealtad y honestidad, realizan tareas de alto riesgo, para proteger y resguardar al Estado mexicano.

Con el respaldo a las instituciones, el conocimiento de nuestra historia, el respeto a los individuos y la reconstrucción de una comunidad mexicana, también hacemos honor a nuestro pasado, a las grandes gestas que nos han dado forma como nación.

Celebremos nuestra historia, nuestras coincidencias, y la búsqueda y el trabajo por un futuro mejor para todos los mexicanos. Que nuestro Debate Puntual se centre en la búsqueda de unidad ciudadana que tanto necesitamos en los tiempos que corren. ¡Viva México!

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