Debate Puntual

El voto, derecho que nos fortalece

El voto es un derecho pero también se necesita que los ciudadanos participemos más allá del día de la elección, propone Fernando Hernández Marquina.

Durante los próximos días, las elecciones serán el tema dominante en los medios mexicanos y en las pláticas cotidianas. Como partícipes en una de las formas más conocidas y tangibles de la democracia, los ciudadanos habremos de ejercer nuestro derecho al voto para elegir a nuestros representantes.

Es muy importante asumir la participación ciudadana como parte de nuestras responsabilidades dentro de una sociedad. En el caso específico del próximo 1 de julio, no se trata sólo de presentarnos a votar; es indispensable nuestra participación posterior, hacer un esfuerzo constante en la planeación del futuro de México y en la supervisión del trabajo y las obligaciones del gobierno. No es cosa de una sola vez, sino una actividad que se debe hacer todos los días.

México tiene una de las democracias más avanzadas del mundo. Sin embargo, su fiabilidad se puso en entredicho después del 2006, cuando uno de los candidatos presidenciales no respetó un principio básico de la democracia: reconocer la derrota. Hoy corremos el mismo riesgo y con el mismo personaje, que en su discurso ya cuestiona la legitimidad de nuestras instituciones.

Los mexicanos solemos entender la democracia como un autobús en el que viajamos todos, pero sólo el conductor se preocupa por lo que pasa en el camino. Los votantes dejamos el destino del país en las manos de una sola persona, el presidente en turno, y cerramos los ojos durante el trayecto hacia el futuro. Sin embargo, la democracia es más un bote de remos: necesita del esfuerzo colectivo para llegar a buen puerto.

En México, la participación en las elecciones presidenciales ronda el 60%, mientras que en elecciones intermedias suele votar menos de la mitad del padrón electoral. Es inevitable preguntarnos cómo se puede incentivar la participación para que un mayor número de mexicanos acuda a votar, sobre todo cuando vemos elecciones en países como Francia, Dinamarca o Suecia, con muy altos porcentajes de participación.

Aquí entramos en un Debate Puntual: ¿el voto es un derecho o una obligación? ¿Es una responsabilidad? Quizás todos los anteriores. Existen ejemplos de naciones donde se impone una multa a quienes están inscritos en el padrón electoral pero no se presentan el día de las elecciones. Australia y Perú son dos de ellas. En el primero, la multa oscila los 20 dólares, mientras que en Perú la multa va de los 6 a los 24 dólares, además de la imposibilidad de realizar cualquier trámite gubernamental hasta que se pague la cantidad estipulada. Perú tiene una participación superior al 80% en sus elecciones. Para países con democracias avanzadas como Australia, el voto es una herramienta vital para el funcionamiento de su sociedad, al grado de que muy pocas personas se preguntan si deben o no deben votar. En 2016, la participación fue del 91%, su "peor" año desde que el voto se volvió obligatorio, en 1925.

En México, el voto es obligatorio sin ser coercitivo, es decir, no existe una ley que sancione a los abstencionistas. El tema se vuelve preocupante cuando, al filo de las elecciones y siempre con fines políticos, distintos personajes ponen en duda la fiabilidad de nuestro sistema democrático, algo que perjudica directamente a la democracia en México y abona a los movimientos abstencionistas que se han presentado en la última década. Todo lo anterior nos afecta de manera directa: afecta la gobernabilidad del Estado y la confianza en las instituciones, además de que genera encono en el entorno social.

En el Reino Unido existe un índice que califica las democracias del mundo a partir de factores como los procesos electorales, la eficacia del gobierno, la participación política y las libertades civiles. La calificación más baja para México en dicho índice (4.38 sobre 10) está en la sección de cultura política: muy pocos mexicanos se interesan en conocer cómo funciona el gobierno y cómo la participación ciudadana activa puede generar grandes cambios para tener un gobierno más eficaz.

Por ello, mi llamado de hoy es a que, si eres mayor de edad y tienes tu credencial de elector, acudas a las urnas este 1 de julio y ejerzas un voto bien pensado e informado. Después de emitir tu voto y conocer quiénes serán tus próximos representantes y gobernantes, dale seguimiento a sus propuestas de campaña; conoce las formas en las que te puedes involucrar para que el gobierno las cumpla, participa e inclúyete.

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