Leer es poder

El justo

El presidente tiene comunicación directa con el pueblo; él interpreta los designios del pueblo; él pueblo es sabio porque coincide con lo que él piensa.

La justicia está por encima de la ley, dice el presidente. ¿Quién determina qué es justo e injusto? El presidente. Él es el justo. Él está por encima de la ley. Él es el pueblo y puede hacer con la ley lo que le venga en gana.

La ley es sólo un formalismo burgués. Un instrumento que los poderosos utilizan para oprimir al pueblo. Pero eso se acabó. Él es el justiciero. El vengará todos los agravios que se le han hecho al pueblo. Él hará que los españoles nos pidan perdón por la violencia de la Conquista.

Nosotros, usted y yo, no podemos violar la ley porque nos la aplican. Él está por encima de todo eso. Él se pasea por Palacio todas las noches. Él encarna la patria sufriente. Él está aquí para hacer justicia. Él representa al pueblo que nunca se equivoca.

El pueblo ya despertó. Aunque sólo un tercio de los empadronados votaron por él, el pueblo es Él. Él decide nuestra suerte. Él es quien acusa. En un "diálogo circular" con la prensa él puede insultar, calumniar y difamar. Él puede pisotear la Constitución a su antojo. Siempre habrá Batres o Monreales que lo justifiquen. ¿Qué dice la ley? Lo que usted quiera, señor presidente. Él puede ordenar a sus subordinados incumplir la ley. Porque la ley es injusta y él representa la justicia.

No persigue riquezas, por lo tanto es bueno. Todo lo hace por nuestro bien. Él es el fiel de la balanza nacional. El austero. El pobre. El franciscano. El que vive en Palacio.

Ciento treinta y cinco muertos en Tlahuelilpan. Calcinados. La muerte más horrible. Mujeres y hombres, ancianos y niños. Y ni siquiera se abrió una carpeta de investigación. Él decretó el olvido sobre estos muertos. Ya no hay impunidad. Sólo el olvido. Es lo justo. La muerte por fuego. Eso les pasa por desobedecer al presidente y andar de huachicoleros.

Él ordena qué prestigios destruir. Camina por Palacio, solo, por las noches, pensando en nuestro bien. Es el justo. La ley es cosa de jueces y ministros corruptos, ¿saben cuánto ganan? Machuchones. No es justo que ganen más que él, que sean más que él. Él canceló la construcción del nuevo aeropuerto. Dijo que era una construcción corrupta y la suspendió. Luego aclararon que no habían encontrado corrupción. No importa, no es justo un aeropuerto para fifís cuando el pueblo es pobre.

Los últimos serán los primeros. Así debe ser, es lo justo. Pueden comprar la ley pero no pueden comprarlo a él. Él está por encima de todo eso, él no es un vulgar político. ¿Entonces qué es? Un político extraordinario, de los mejores del mundo. ¿Quién lo dice? Lo dice él y así debe ser. Se compara con Mandela, con Madero, con Juárez. Todas las noches, con las manos en la espalda, se pasea por los pasillos del Palacio. Su Palacio.

Va a los pueblos y les dice: no es por presumir pero tenemos uno de los mejores gobiernos del mundo. Un gobierno honesto. Acabamos con el neoliberalismo rapaz. Ya no hay corrupción. La barrimos como se barren las escaleras, de arriba para abajo. El 74 por ciento de las obras se han entregado sin licitación. Él decide a quién dárselas, sin concursos corruptos. Sólo puede hacerlo él, que no tiene mancha. Él decide qué empresas son honestas. Aunque en sus países de origen estén señaladas por corruptas. Él es el justo, él mira por nosotros, nos protege. Él decide, sin proceso alguno, qué farmacéuticas ya no pueden venderle al gobierno. Porque es injusto que lo hagan, lo dice él, y así debe ser.

Él hará una lista de los países corruptos. Seremos un ejemplo para el mundo. Él es el pueblo y el pueblo nunca se equivoca. Tonto es quien cree que el pueblo es tonto. El pueblo es sabio, por eso lo eligió a él. ¿Pero antes de él eligió el pueblo a otros que no fueron buenos y justos como él, no es cierto? Todas las elecciones del pasado estuvieron manchadas por el fraude. Con él comenzó la democracia.

Él tiene comunicación directa con el pueblo. Como antes los sacerdotes tenían comunicación directa con Dios. Él interpreta los designios del pueblo. Levante la mano quien quiera que le conteste a Trump. Nadie la levanta. El pueblo es sabio porque coincide con lo que él piensa. Olga, Esteban, Carlos, cumplan este memorándum que les manda incumplir la ley. Y Olga, Esteban y Carlos bajan la cabeza y callan. Qué prefieren: la Constitución o acatar las órdenes del presidente. El gran solitario de Palacio. El incorruptible. El justo.

Ocho mil cuatrocientos noventa y tres muertos en su primer trimestre de gobierno. El peor que la historia tenga registrado. Ahora que reciban sus bequitas bajará el número de muertos. Todos serán buenos. ¿Qué estudio sustenta esa intuición presidencial? Ninguno. No se necesita ningún estudio. Ni de viabilidad económica para la refinería de Dos Bocas ni de impacto ambiental para el tren maya. Él ya decidió por nosotros. Nos quitó ese peso de encima. Traerá bienestar para el pueblo. Él sabe lo que más nos conviene. Él es el pueblo. Él está por encima de la ley. Él es el justo.

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