Comisionado del INAI

La presidencia del INAI

El 10 de diciembre, por unanimidad, se eligió nuevamente a una mujer para que presida el INAI: a la comisionada Blanca Lilia Ibarra Cadena.

El autor es comisionado del INAI .

Poco más de tres años han transcurrido desde que el INAI tuvo el acierto de verse representado y encabezado por el doctor Francisco Javier Acuña Llamas.

El doctor Acuña como comisionado presidente dignificó el encargo y la enorme responsabilidad de presidir los sinos del Instituto Nacional de Transparencia, siempre con liderazgo y con la bonhomía que le caracteriza, incluso en los momentos más difíciles por los que hemos pasado como comunidad INAI. Sólo por mencionar algunos ejemplos, Francisco Javier logró cohesionar a sus colegas del Pleno cuando aconteció el trágico episodio de la terrible pérdida de Carlos Bonín o de manejar institucionalmente la relación frente a la recién electa administración pública federal. Hizo acopio de entereza para defender abierta y públicamente, como corresponde, la autonomía del organismo garante nacional, pero también ha sido coherente con la idea de la austeridad republicana en el manejo del presupuesto del Instituto.

El pasado 12 de mayo el INAI tomó de manera acertada la decisión de darle continuidad al proyecto de presidencia a cargo del doctor Acuña Llamas, frente a la encrucijada de la pandemia que ha cambiado en muchos sentidos la vida de todos, trastocando la salud de muchos queridos colegas de esta institución, y que con las vacantes dispuestas desde finales de marzo pasado teníamos que asumir una decisión sobre la presidencia del Instituto. Y no nos equivocamos al optar por mantener en el frente de batalla a Paco, porque sus amigos tenemos el privilegio de llamarle así, y forjar una transición tersa como le llamé en su momento para que, una vez completado el Pleno del INAI se tomara la nueva decisión entre siete de renovar dicha presidencia.

Y ese momento llegó el pasado 10 de diciembre en el que por unanimidad elegimos nuevamente a una mujer para que presida al INAI y funja como representante legal e institucional: a la comisionada Blanca Lilia Ibarra Cadena.

Por otro lado, también hay que decirlo: la figura presidencial en el INAI se ha desarrollado afortunadamente de manera discreta y sensata bajo un esquema de par entre pares y no de primero entre los pares. El Pleno no puede perder su naturaleza colegiada, esa es su esencia, más allá de la unidad ejecutiva exigible en el cariz de la presidencia. Y eso Paco lo supo hacer como filigrana al mantener la estabilidad institucional y evitar posibles giros dramáticos en la conducción, integración y organización del Instituto.

Esa es la labor de la presidencia del Instituto porque nos representa a todos, no sólo al Pleno o a sus integrantes, sino que tiene el enorme peso de representar a todos y cada uno de los miembros de la comunidad INAI.

Paco supo dar el ejemplo y ha dejado una vara muy alta que no será nada fácil alcanzar, pero sí exigible para que se cumpla esa altura de miras. Y no dejo de insistir con una máxima latina que debe regir al Pleno del INAI: par in pars et non primus inter pars o en buen castellano, igual entre iguales y no primero entre ellos.

Es momento de ponerse a trabajar muy duro y saber que ser presidente de este organismo garante es un privilegio que sólo se demuestra trabajando.

Cierro esta columna haciendo votos por una presidencia exitosa para Blanca Lilia que, sin duda, lo hará estupendamente con arrojo y entusiasmo como lo ha demostrado desde que arribó al Instituto. Y, por otro lado, mi reconocimiento a Oscar Guerra Ford quien, en un ejercicio de institucionalidad, declinó su candidatura en aras de una unidad plenaria que nos cohesiona y aglutina como colegio.

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