Hasta hace unos pocos años, hablar de China como un país líder mundial en tecnología se hubiera tomado con escepticismo, por decir lo menos; sin embargo, este país ha alcanzado grandes logros en este sentido, rápidamente. Al grado de que cabe esperar que una de las grandes batallas del siglo será por la supremacía tecnológica internacional entre China y Estados Unidos.
China ha sorprendido continuamente al mundo con su progreso en lo económico desde el ascenso de Deng Xiaoping al poder en 1978, poco después de la muerte de Mao Zedong, en 1976. Las reformas económicas del primero, orientadas principalmente a la liberalización de diferentes mercados, cambiaron para siempre el sistema económico chino, aunque de forma gradual. Esto desencadenó un crecimiento acelerado de la economía china que creció 10.1 por ciento, en promedio, de 1980 a 2010.
El modelo económico chino tiene varias características peculiares, pero su componente más importante es la orientación al exterior con base en atracción de inversión extranjera y promoción de exportaciones. Esto, a su vez, se logró con la ayuda de varios elementos entre los que destacan una mano de obra relativamente barata frente al resto del mundo y un tipo de cambio subvaluado. Esta estrategia no estuvo exenta de inconvenientes, pero logró grandes beneficios. De acuerdo con el banco mundial, el porcentaje de la población en China que vive con menos de 1.90 dólares al día bajó del 88 por ciento en 1981 a menos del uno por ciento en 2016.
Este modelo económico se agotó hace ya varios años, en parte como consecuencia de su propio éxito. El crecimiento trajo consigo mejores ingresos para la población con lo que su mano de obra perdió su ventaja comparativa en costo. Por otro lado, China empezó a dejar que su moneda se apreciara desde mediados de 2005 y hoy ya no está subvaluada. Xi Jinping, el líder chino, reconoció el agotamiento del modelo económico en 2013 y propuso cambios importantes en el mismo, incluso llegó a decir que sería un reformador al estilo de Deng Xiaoping.
La parte del cambio en el modelo económico relacionada con la tecnología se plantea en 2015, en el plan "Hecho en China 2025". En este documento, el gobierno chino establecía la meta de desarrollar varias industrias de alta tecnología de gran importancia hacia el futuro como son la robótica, vehículos autónomos y eléctricos, computación cuántica e inteligencia artificial, entre otras.
El enfoque en la inteligencia artificial se intensificaría un poco más tarde. En mayo de 2017, AlphaGo Master, un programa de inteligencia artificial desarrollado por Deep Mind, una empresa británica que había sido adquirida por Google, venció a Ke Jie, el joven campeón chino, en el tradicional y complejo juego de mesa chino llamado Go. Algunos expertos consideran que este evento fue un momento que hizo despertar al gobierno chino para buscar con mucho mayor ahínco el desarrollo local de la inteligencia artificial. En julio de 2017, se publica el Plan de desarrollo para una nueva generación de inteligencia artificial que tiene varias metas intermedias, pero busca como objetivo final lograr el liderato global en inteligencia artificial para el año 2030.
En China, se han conjugado muchos factores para lograr un avance muy acelerado en el desarrollo de la inteligencia artificial. Entre estos factores destacan el impulso del gobierno, el avance previo en educación básica y superior y el desarrollo de importantes universidades, el favorable entorno de emprendimiento, grandes empresas interesadas en desarrollar las nuevas tecnologías como Baidu y Alibaba y la disponibilidad de mucha información para entrenar a la inteligencia artificial.
Un indicador del avance de China es que su número de papers científicos en el tema de inteligencia artificial está hoy casi a la par con el de Estados Unidos. Además, China es hoy líder en varias tecnologías entre las que destacan algunas aplicaciones de inteligencia artificial como, por ejemplo, el reconocimiento facial.
La publicación británica The Economist concluía en 2018 que la industria tecnológica China estaba al 42% del nivel del líder actual: Estados Unidos, pero el avance ha sido muy rápido ya que en 2012 la cifra era de sólo el 15%. La revista concluía que la industria tecnológica china estará al nivel de la norteamericana en 10 o 15 años.
China ha sabido cambiar su modelo económico de forma exitosa. La planeación a largo plazo y una clara idea de lo que se quiere lograr, entre otros factores, le ha ayudado a su economía mantener tasas de crecimiento elevadas en la actualidad (7.3 por ciento en promedio de 2010 a 2019). La segunda economía más grande del mundo se ha transformado radicalmente: ya no es el país enfocado en manufactura económica. Esto tiene implicaciones importantes para el entorno de negocios mundial.