Perspectiva Bursamétrica

Tasas de interés negativas en dólares, ¿será posible?

Parte de la explicación de las tasas negativas a futuro en los Fondos Federales tiene que ver con esta sobredemanda generada por la excesiva creación de dólares que está realizando la Reserva Federal.

A tan solo unos días de haber presenciado precios negativos en el petróleo, en la semana pasada aparecieron en los mercados globales contratos de futuros de la tasa de Fondos Federales que, por primera vez en la historia, mostraron implícitamente tasas por debajo de cero. Es decir negativas nominalmente. Este fenómeno pudiera interpretarse como una expectativa de que la Reserva Federal podría reducir en el futuro su objetivo en la tasa de Fondos Federales a un nivel negativo.

De suceder esto, la Fed se integraría al conjunto de bancos centrales que se han visto obligados a recurrir a esta situación extrema de una tasa de referencia negativa para ayudar a empujar la actividad económica como Japón, que tiene su tasa de referencia desde hace varios años en -0.10 por ciento, Suiza que la tiene en -0.75, o el Banco Central del Euro que mantiene su tasa de referencia en 0.0, pero que paga por los depósitos de los bancos comerciales -0.50 por ciento.

La nómina no agrícola presentó una reducción récord histórica en la economía norteamericana de puestos de trabajo de 20.5 millones nuevos desempleados para el pasado mes de abril. La tasa de desempleo subió de 4.0 a 14.5 por ciento de un mes al otro.

Los pronósticos de la recesión en Estados Unidos se han aglutinado en torno a una contracción del PIB de -5 por ciento para este año. Si bien se está dando una contundente estrategia conjunta de las políticas monetarias y fiscales para tratar de recuperar lo más pronto posible la actividad económica, la evolución de la pandemia sigue siendo una incógnita.

Otro fuerte problema es la interrupción de las cadenas de suministro a nivel global, y la desincronización que existe en los distintos países en relación a las medidas de contingencia sanitaria, como en el caso de México. Mientras países como China, los europeos o Estados Unidos parecen ir de salida de la parálisis económica, otros que empezamos después las medidas extremas, estamos todavía en la fase de la curva de contagios oficiales y extraoficiales, en alza exponencial. La reapertura de la actividad en estas circunstancias representa un riesgo colosal.

El Comité Nacional de Mercado Abierto, que es el órgano colegiado que decide la política monetaria de la Fed, siempre ha sido renuente a llevar la tasa de referencia a niveles negativos. Y esto se debe a las distorsiones y consecuencias negativas que este tipo de política de tasas genera en la economía y en particular en el sistema bancario. Los bancos pierden dinero en su operación fundamental mientras más se les reduce el margen financiero. Las pérdidas reducen su capital, y por lo tanto su capacidad de crédito, y entonces se ven obligados a reducir su cartera, generando una inercia recesiva.

Parte de la explicación de las tasas negativas a futuro en los Fondos Federales tiene que ver con esta sobredemanda generada por la excesiva creación de dólares que está realizando la Reserva Federal, cuyo balance ya supera los seis billones de dólares. Lo que implica una creación de cerca de tres billones en unas cuantas semanas.

Hasta ahora no se ve como el escenario más probable que la Fed tenga que irse al extremo de una tasa de referencia negativa, a no ser que nuevos brotes del Covid-19 obligaran a regresar a la adopción de medidas de contingencia sanitarias extremas dentro de algunos meses. Si hoy ya tienes la tasa en cero, no hay más margen de maniobra que recurrir a las tasas negativas.

En México, las expectativas siguen deteriorándose hacia una recesión cada vez más profunda y larga, en la medida en que la política fiscal no está haciendo su tarea, y se ha dejado sola a la política monetaria para que haga esfuerzos inauditos para atenuar la crisis. La súbita contracción de la demanda agregada, la caída de los precios de los hidrocarburos, de los alimentos y de las materias primas están influyendo para bajar rápidamente la inflación. Esto le está abriendo más espacio a la política monetaria para que el Banco de México siga bajando sus tasas. Hoy en día, los mercados ya descuentan una tasa de referencia en 5.0 por ciento pero es muy probable que al conocerse la magnitud de la contracción de la actividad productiva y se dispare el desempleo, se empiece a descontar un escenario de tasas de referencia piso entre 4.0 y 4.5 por ciento. Si la Fed tuviera que irse a una tasa de referencia negativa, se abriría más el espacio para bajar al siguiente escalón de una tasa de Banxico en 3.0 por ciento.

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