Perspectiva Bursamétrica

¿Qué tan preparados estamos para un escenario de recesión mundial?

Ante la elevada probabilidad de una recesión global, el Presupuesto de 2020 tiene que ser sumamente conservador en los supuesto.

Después del reciente cruce de amenazas arancelarias entre Estados Unidos y China, el panorama de la economía global se sigue deteriorando. La Zona Euro marca ya contracción en la actividad económica de sus principales potencias, en particular en Alemania. Un Brexit desordenado se mantiene como el escenario más probable, ante la radicalidad de Boris Johnson, el nuevo primer ministro. China registra una fuerte desaceleración, que impacta a toda la región asiática.

EU podría tener una recesión hacia finales del año entrante, como lo anticipa la curva de rendimientos de los Bonos del Tesoro, en donde los plazos cortos pagan un rendimiento superior al rendimiento de los bonos largos. Los mercados accionarios se están ajustando a las expectativas más pesimistas de los resultados de las empresas para el cierre de este año, y el próximo 2020. El S&P 500, por ejemplo, acumula un ajuste de -17.8 por ciento en relación a su máximo, a pesar de la reducción en las tasas de interés.

Por otra parte, la revisión de los datos del PIB al segundo trimestre, por parte del Inegi, con un crecimiento de 0.0 por ciento, en la rayita de la 'recesión técnica', nos confirman una economía totalmente estancada. El gasto de inversión presenta una caída de 6.9 por ciento anual en el último dato disponible. Sin inversión, que es el principal motor de cualquier economía, la actividad económica se verá afectada irremediablemente. Así que podemos imaginarnos qué pudiera pasar si la economía exportadora sufre también una contracción de la demanda del mercado americano, para el año próximo. La economía clientelar no podrá compensar mediante el gasto de consumo la contracción de la actividad productiva.

Además la recaudación fiscal podría resentirse por lo que el grado de inversión en las calificaciones de la deuda soberana podría perderse, lo que nos llevaría a un círculo vicioso de menor crecimiento, menor empleo, menor recaudación, mayores tasas de interés, y mayor costo del dinero, menor inversión, la necesidad de realizar recortes adicionales al gasto público, y mayor inflación.

Estamos a unos cuantos días de que la SHCP presente al Congreso el Paquete Económico 2020, compuesto de los Criterios Generales de Política Económica, el Presupuesto de Egresos de la Federación y las modificaciones fiscales para el próximo año. El secretario Arturo Herrera y el subsecretario Gabriel Yorio han prometido un superávit primario para 2020. La tesis de siempre: "Si hay finanzas públicas sanas habrá estabilidad. Y la estabilidad es una condición sine qua non para el crecimiento".

Las finanzas públicas se ven sumamente apretadas. El gasto social se ha disparado por las promesas de campaña. Los precios de la gasolina y de la energía eléctrica no suben, pero el subsidio implícito sí. No ha habido incremento de impuestos más que en algunos casos disfrazados, como el impuesto a los intereses. El gasto corriente público ha sufrido un recorte brutal. El gasto de Inversión Pública totalmente frenado, después de irse reduciendo año con año desde hace una década. Por si fuera poco, el Plan de Rescate 3.0 de Pemex ha vuelto a ser rechazado, y tenemos la espada de Damócles de las calificadoras que nos tienen en perspectiva negativa.

Me parece que ante la elevada probabilidad de una recesión mundial, el Presupuesto del próximo año tiene que ser sumamente conservador en los supuestos, y debe impulsarse desde el gobierno un plan integral de mucho mayor alcance que el empujoncito presentado hace unas semanas, para hacer que la economía se vea menos dañada ante este escenario. Me pronuncio por un planteamiento a nivel sectorial. Qué hacer en cada sector para incrementar la productividad y la actividad. Pero eso no lo es todo. Y para esto, habría que trabajar mucho con los empresarios. En el Índice de Confianza Económica que elaboramos junto con el Instituto Mexicano de Contadores Públicos, en la encuesta del mes pasado, la inseguridad apareció en el primer lugar como obstáculo para los negocios, con un puntaje superior a 70 por ciento. Nunca habíamos visto en la historia un factor con tanta incidencia. Una recesión dura en promedio 14 meses. Si la economía de Estados Unidos entra en recesión en el último trimestre de 2020, su fase recesiva estaría terminando en el último trimestre de 2021. Ahora imagínese los datos de crecimiento de los tres primeros años de gobierno.

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