Perspectiva Bursamétrica

Algunas contradicciones monetarias del nuevo Des-Orden Mundial

Vivimos un mundo convulsionado, globalizado, con avances tecnológicos asombrosos, pero con enormes desigualdades, donde subsisten regímenes democráticos y autoritarios.

Vivimos un mundo profundamente convulsionado. Sumamente globalizado, con avances tecnológicos asombrosos, pero con enormes desigualdades, en donde subsisten los regímenes democráticos frente a otros sumamente autoritarios, en donde se evidencian enormes contradicciones que no hemos logrado solucionar, lo que ha dado pie al surgimiento de fuertes movimientos globalofóbicos, nacionalistas, en algunos casos separatistas o independentistas, antiestablishment, racistas y antiinmigrantes, y con ellos el advenimiento de líderes populistas de izquierda y de derecha que se han colado al poder, con una fuerza contundente y que actúan sin escrúpulos en el cumplimiento de sus promesas.

Recientemente llegaron a mi celular, las reflexiones de dos expresidentes europeos, en donde uno de ellos, de izquierda, Felipe González, afirma que el capitalismo triunfante se esta autodestruyendo, y alerta sobre el hecho de que las reglas de la postguerra no se están respetando, por estos nuevos líderes disruptivos. Llama la atención de la superioridad de respuesta que están teniendo los regímenes autoritarios para procesar de una mejor y más rápida forma sus problemas que las democracias participativas. Del otro lado, Nicolás Sarkozy critica a la frivolidad y la hipocresía de los intelectuales progresistas, las izquierdas, que veneran la escuela pública, pero que mandan a sus hijos a escuelas privadas. Que nos han hecho creer que las víctimas cuentan menos que los delincuentes. Que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que evaluar a las personas para no traumatizarlas. Que permite el triunfo del depredador sobre el emprendedor. ¿No le parece que los dos puntos de vista tienen razón?

¿Que tan sostenible y sustentable es el mundo en que vivimos? Le voy a mencionar algunas contradicciones en el plano monetario que nos hacen evidente que tenemos que rediseñar el mundo.

El patrón dólar. El sistema monetario mundial basado en una sola moneda eje impuesta al término de la Segunda Guerra Mundial: el dólar americano. Esto hace que el mundo esté dividido entre ciudadanos de primera, los americanos, dueños del dólar, y el resto de la población mundial. La deuda sobre el PIB estadounidense hoy rebasa el 100 por ciento, y el déficit fiscal que se genera anualmente supera el billón de dólares y hace que la deuda pública norteamericana crezca a ese ritmo. S&P tiene asignada una calificación de AA+ para la deuda soberana del gobierno norteamericano. Aún no existe una sola moneda que le pueda competir al dólar ni de lejos. ¿Pero es este sistema realmente el más adecuado para el mundo?

El sistema del euro. 19 países han adoptado al euro como su moneda. La integración europea planteada desde 1957 arrancó la Comunidad Económica Europea en donde un grupo creciente de países han acordado otorgar la libertad en el flujo de mercancías, de servicios, de capitales y de trabajadores, e iniciaron la creación de instituciones supranacionales como el Parlamento Europeo. En 1999, renunciando a su soberanía monetaria, adoptaron una moneda en común, el euro, con un Banco Central común, y 11 años después lograron la unificación de los bancos comerciales en un solo sistema de supervisión. Pero este sistema tiene un pequeño problemita: la integración monetaria sin una integración fiscal es un sistema cojo. De aquí los enormes desafíos que han tenido los europeos cuando alguno de los integrantes ha presentado síntomas de sobreendeudamiento. La Unión Europea no cuenta con un Tesoro europeo. No hay un sistema de impuestos confederados. No hay impuestos que alcancen para sostener las prestaciones de seguridad social con poblaciones que envejecen cada vez más años.

Las políticas monetarias cuantitativas. Estamos viviendo en estos últimos meses una nueva ola de retorno a las políticas monetarias extremas, implementadas después de la crisis hipotecaria, en donde las tasas de interés de referencia que fijan los bancos centrales se reducen de nuevo a niveles irracionales nunca antes pensados, incluso negativos, y van acompañados de programas de expansión monetaria agresivos, como el que acaba de anunciar Draghi por parte del Banco Central Europeo, de nueva cuenta. Los mercados financieros se han vuelto adictos a estas políticas. Hace menos de un mes un banco danés lanzo un producto de crédito hipotecario a una tasa de -0.5 or ciento anual. ¿Es todo esto sostenible? Parece que sí tenemos mucho que repensarle, ¿no?

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