El mes de mayo está trayendo buenas y malas noticias para la economía.
Revisémoslas y tratemos de llegar a una conclusión.
Comenzamos con las malas noticias.
Ayer, los mercados bursátiles de los Estados Unidos tuvieron uno de sus peores días del año mientras que la Bolsa Mexicana de Valores acumuló 11 jornadas bajando, una secuencia que no se veía desde 1981.
La razón de estos comportamientos tiene que ver en lo fundamental con el conflicto comercial entre China y Estados Unidos.
Esta semana estará en Washington Liu He, vice premier chino, que tratará de restablecer las negociaciones tras la amenaza de Trump, de poner aranceles a productos chinos desde este viernes.
Con los datos económicos positivos que ha tenido Estados Unidos: un crecimiento de 3.2 por ciento en el primer trimestre del año y la tasa de desempleo más baja en medio siglo, Trump está empoderado para adoptar una posición más dura frente a China.
El problema es que una guerra arancelaria en gran escala entre las dos principales potencias económicas del mundo inevitablemente tendría un costo económico.
El FMI ha cuantificado en 0.9 puntos porcentuales del PIB el potencial costo directo para Estados Unidos y en 1.6 puntos del PIB para China.
Y, aunque en México hay entusiastas que piensan que nos conviene que el gobierno de Trump castigue a los chinos, en el corto plazo nos afectaría negativamente. Aunque, a la larga, quizás sí nos beneficie si somos capaces de sustituir competitivamente a los productos chinos en el mercado de EU.
Vamos ahora a las buenas señales.
La AMIA informó ayer que las exportaciones de vehículos ligeros a Estados Unidos crecieron en 26 por ciento durante abril y en 13 por ciento para el primer cuatrimestre.
Con ello, se logrará compensar la caída en las ventas domésticas, que amenazaba con arrastrar a la baja la producción.
El saldo de la producción durante los primeros cuatro meses del año fue de 2.0 por ciento, lo que permitió mantener números negros en la principal rama de las manufacturas.
Otro signo positivo que se presentó en abril fue el crecimiento de las ventas de Walmart, la principal cadena minorista del país.
A tiendas comparables, el alza fue de 6.1 por ciento y a semanas comparables de 8.2 por ciento.
Esto refleja una tendencia alcista en el consumo básico de la población luego de un mes de marzo que había sido malo, con variaciones de 4.4 y 1.2 por ciento respectivamente.
Faltan todavía muchos más indicadores de abril, pero los que están disponibles marcan una mejoría de la actividad económica.
¿Qué va a prevalecer en las siguientes semanas, los tonos positivos o los ingredientes negativos?
No está claro. Pero quizás tengamos señales más claras en los siguientes días.
Si, de nueva cuenta, se logra desactivar la amenaza de la guerra comercial entre China y EU, eso podría cambiar la tendencia negativa de los mercados financieros.
En el caso de México, se necesita que se acumulen algunos signos positivos adicionales para decir, como ayer refiriera Alfonso Romo del comportamiento del primer trimestre, que solo se trata de una 'cachetadita' que no va a cambiar la perspectiva económica de la actual administración.