Coordenadas

¿Cómo es la empresa mexicana?

Uno de los retos que tiene México es lograr que las empresas pequeñas y micro aumenten su productividad para que estén en capacidad de pagar mejores salarios.

Una empresa mexicana promedio tiene entre cinco y seis trabajadores, a los que paga un salario promedio de 6 mil 250 pesos mensuales, por lo que su nómina total mensual es de 34 mil 375 pesos.

Se trata de una empresa que vende 448 mil pesos por mes y que tiene ganancias brutas que alcanzan 125 mil pesos, equivalentes a 27.9 por ciento de sus ventas.

Esos datos derivan de los resultados oportunos de los Censos Económicos 2019, que se dieron a conocer a finales del año pasado.

Muestran claramente la naturaleza de las empresas mexicanas, que en su mayoría son micro y pequeños establecimientos.

De las 6.26 millones de unidades económicas que hay en México, 2.07 millones son comercios minoristas. Es decir, uno de cada tres negocios en México es una tienda, la mayor parte de ellas, literalmente, tiendita.

La ocupación promedio en este tipo de establecimiento es de tres personas. Y el sueldo promedio que se paga en el comercio minorista es de 2 mil 500 pesos al mes. Las ventas mensuales promedian 220 mil pesos y la utilidad bruta que obtiene el comerciante es en promedio de 45 mil 200 pesos mensuales, equivalentes a 20.5 por ciento de las ventas.

El análisis de los Censos Económicos también permite observar que en contra de lo que se cree, el estancamiento económico del último año no impidió que se crearan nuevas unidades económicas.

El año pasado hubo 324 mil nuevos establecimientos, que arrancaron operaciones precisamente en el primer año de esta administración.

Hay que señalar que, por cierto, esta cifra no coincide con los registros del IMSS, que reportaron solo 23 mil 516 nuevos patrones, lo que implica que muchas de las nuevas unidades económicas o son de personas que trabajan por cuenta propia o son parte de la informalidad.

Uno de los retos que tiene México es lograr que las empresas pequeñas y micro aumenten su productividad, es decir que logren un mayor volumen de ventas y que, por lo mismo, estén en capacidad de pagar mejores salarios.

La manera de lograrlo es a través de la inversión en tecnología y en capital humano.

El problema que tenemos es que, por ejemplo, muchos de los comercios pequeños que dan empleo a casi seis millones de personas operan prácticamente con la tecnología más básica y en muchas ocasiones los responsables de conducirlos tienen apenas educación secundaria.

La manera de lograr que la economía mexicana crezca sobre bases más firmes no es solo a través de los grandes proyectos de infraestructura y de las inversiones voluminosas, sino mediante la acumulación de muchas inversiones realizadas por las pequeñas y las medianas empresas.

Aquí hay un reto para el sector financiero y para las políticas de la actual administración, pues por lo pronto no se percibe que haya un aliento a la creación de pequeñas empresas más productivas.

En la visión del presidente López Obrador, se esperaba que hubiera impulso para muchas pequeñas y microempresas, proveedoras de millones de empleos.

Sin embargo, en las políticas públicas pareciera que se les olvidó el destino de este tipo de organizaciones.

Más nos vale que los involucrados: la Secretaría de Economía, Nafin o incluso la Secretaría del Bienestar, le entren al toro, porque de lo contrario, tendremos todo un problema económico muy serio antes de lo que creemos.

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