Coordenadas

AMLO y Morena están sin contrincante

Mientras no exista una fuerza política en el país que logre representar el rechazo al presidente de México, López Obrador y el partido que fundó saldrá con ventaja en las elecciones, expone Enrique Quintana.

En seis meses aproximadamente los ciudadanos mexicanos acudiremos a las urnas para participar en la elección más grande que se haya realizado en México.

Elegiremos a la totalidad de la Cámara de Diputados. Pero también 15 gobernadores, 30 congresos locales, y alrededor de mil 900 alcaldías, incluyendo las de la Ciudad de México.

Como en toda elección intermedia, en alguna medida se tratará de un referéndum respecto a la gestión del gobierno federal.

Pero también en el caso de las elecciones de gobernadores, el resultado valorará cómo han gobernado los partidos que han estado al frente de la mitad de las entidades de la República. En 8 de ellas gobierna el PRI, en 4 el PAN, en 1 el PRD, en otra un independiente y en una más Morena.

La mayoría de las encuestas que se han realizado hasta ahora anticipan que Morena se mantendrá como la primera fuerza política a nivel federal y probablemente también gane la mayoría de las gubernaturas y congresos locales que estarán en juego en junio del próximo año.

Cuando se anticipa este resultado, siempre surge la pregunta respecto a cómo es posible que los electores opten por Morena cuando en 2020 habremos tenido la caída económica más severa de los últimos 90 años y también una pandemia que habrá dejado probablemente 120 a 130 mil muertos cuando termine 2020.

Una de las explicaciones respecto a este probable comportamiento de los electores tiene que ver con las opciones políticas que existen.

Si tuviéramos fuerzas políticas que atrajeran a los ciudadanos, probablemente las perspectivas serían diferentes.

Pero, lo que tenemos frente a nosotros es la disyuntiva de ratificar el respaldo a AMLO y Morena, o bien optar por alguna de las fuerzas políticas que en el pasado estuvieron en el gobierno.

De acuerdo con los sondeos, el PAN y el PRI se mantendrán como las principales fuerzas opositoras a escala nacional.

El PRI estuvo en el gobierno federal hasta noviembre de 2018. En buena medida, sigue vigente la percepción de que el gobierno priísta a nivel federal y los gobiernos de ese partido a nivel estatal, se caracterizaron por escandalosos niveles de corrupción y por una incapacidad para hacerle frente a la inseguridad. De hecho en cuanto a pérdida de gubernaturas, el PRI será el gran derrotado en las elecciones del próximo año.

El PRI no ha logrado reconstruir su imagen. Los triunfos que obtuvo recientemente a nivel municipal en Hidalgo y Coahuila se perfilan más bien como excepciones que como una regla.

Va a ser muy complicado que los priístas recuperen los niveles de aceptación que tenían antes de 2018, a pesar de la presencia nacional que mantienen.

En el caso del PAN, el partido que gobernó por un mayor número de años al país en este siglo, las cosas tampoco le van viento en popa.

El partido que fue el emblema de la oposición durante el largo periodo en el que el PRI monopolizó la presidencia de la República tiene una crisis de identidad. No encuentra su lugar en el escenario político nacional. Y padece divisiones internas graves.

Es significativo el hecho de que las dos personas que ocuparon la presidencia de la República entre 2000 y 2012, por el PAN, Vicente Fox y Felipe Calderón, ya están fuera de ese partido.

El PAN ha padecido la ausencia de personajes que vuelvan a atraer a los electores por lo que los sondeos de opinión muestran que ha perdido respaldo ciudadano.

Los partidos de izquierda diferentes a Morena se enfrentan también a un laberinto.

El PRD no ha logrado recuperarse después de que una parte muy significativa de su estructura emigró a Morena.

Adicionalmente, el hecho de que en las elecciones del 2018 hayan respaldado al candidato presidencial del PAN les quitó una parte relevante de su personalidad, la cual siguen sin encontrar.

En el caso de Movimiento Ciudadano, pese a sus esfuerzos, ha logrado solamente tener presencia significativa en el estado de Jalisco, por lo que difícilmente puede perfilarse con alcance nacional.

Los otros partidos más pequeños o los que recientemente obtuvieron registro aspirarán básicamente a conservarlo. No más que eso.

De esta manera, cuando se observa el espectro de las opciones políticas que hay en México se puede entender por qué Morena sigue manteniendo el liderazgo en las preferencias.

Obviamente la razón principal es la omnipresencia del presidente López Obrador.

Sigue siendo, sin lugar a dudas, el político más influyente e importante del país y hasta ahora no hay quien le haga sombra.

López Obrador genera sentimientos encontrados. Una parte de la sociedad lo repudia de manera apasionada y otra lo respalda del mismo modo.

Sin embargo, mientras no haya una fuerza política que logre aglutinar el rechazo al presidente, tendrá unidad en el respaldo y fragmentación en el rechazo, lo cual le da una gran ventaja.

Lo que hizo en 2018 López Obrador fue justamente aglutinar en torno a su propuesta el rechazo al sistema político tradicional. Eso le permitió alcanzar un triunfo apabullante.

Mientras no haya una organización o un personaje que atraiga tras de sí el rechazo a AMLO, va a mantener su ventaja en los procesos electorales, guste o no.

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