A 50 años de aquel sismo político, la profecía de Cosío Villegas ha llegado a su desenlace natural. Aunque el PRI sobrevive, ya no es un sistema o un régimen, es un partido más, que no supo borrar la sombra del pasado.
AMLO debe convertir su triunfo en un triunfo de México, donde el espíritu de conciliación, tolerancia y respeto pleno a la libertad de expresión priven sobre la polarización, el encono y la censura.
Los caudillos modernos son populistas que llegan al poder por vías democráticas, pero hacen un daño severo, a veces definitivo, a las costumbres, instituciones, leyes y libertades propias de la democracia, a la que deben su ascenso.
Para Venezuela, una solución sin precedentes