Opinión Enrique Cardenas

Si había de otra

En México no sólo se erró en la estrategia, además el gobierno se ha negado sistemáticamente a corregir los errores.

Universidad Iberoamericana de Puebla, Puebla contra la Corrupción e Impunidad.

Mientras se discute en el país si los apagones son causados por desastres naturales imponderables, si debería haber más vacunas o no es posible, si la economía está saliendo o no del bache causado por la pandemia, el hecho es que los muertos por Covid siguen acumulándose. Hoy llegan ya a más de 300 mil personas de acuerdo con las cifras oficiales de la Secretaría de Salud, ajustadas por el exceso de muertes determinado por el Inegi sólo hasta agosto.

En respuesta a un tuit en el que afirmaba que el presidente López Obrador y el subsecretario Hugo López Gatell pudieron tomar mejores decisiones para evitar tantas muertes por Covid, otro tuitero (@iiXtlilXochitl) me preguntaba cuáles eran esas "malas decisiones", quizás implicando que el gobierno había hecho lo mejor posible. Vale la pena detenerse un momento y explicitar algunas de esas malas decisiones:

1. No haberle dado importancia a la enfermedad hizo que se perdiera tiempo precioso para preparar al sistema de salud y haberse replanteado el cambio de sistema de salud al Insabi en un momento de pandemia.

2. Haber enviado mensajes inconsistentes entre el presidente de la República y el subsecretario de Salud reforzó la idea de que no se podía hacer casi nada para contener los contagios y que mejor habría que tener fe para no contagiarse.

3. No haber protegido a médicos, enfermeras y personal sanitario ante la enfermedad, dotándoles de equipo y capacitación, por lo que México tiene la segunda tasa más alta de muertos de este personal.

4. Haberse negado a establecer una política de hacer miles de pruebas para identificar los focos de contagio, sus contactos y por lo tanto contener la dispersión del virus. Implícitamente el gobierno asumió que no tenía caso y que lo mejor era permitir que la población se contagiara hasta desarrollar inmunidad de rebaño o comunitaria. A esto se agregó la falta de controles sanitarios a la llegada de pasajeros internacionales.

5. Haber puesto como objetivo que no se rebasara la capacidad hospitalaria en lugar de salvar vidas, lo que llevó a que mucha gente infectada no fuera atendida a tiempo y muriera en su casa. La tasa de letalidad en los hospitales públicos es varias veces más alta que en el hospital militar o en hospitales privados.

6. Si bien no ha habido un aumento en la inversión en salud en los últimos años, tampoco se le inyectaron recursos adicionales para enfrentar la crisis. Se prefirió inyectarle dinero a Pemex, Dos Bocas, el Tren Maya y Santa Lucía.

7. No haber obligado el uso de cubrebocas generalizado en la calle y lugares públicos desde un inicio.

8. No haber apoyado económicamente a los trabajadores que tenían que salir de su casa a laborar, sobre todo, pero no únicamente al sector informal, ya que no podían confinarse. Ello contribuyó al aumento de contagios.

Hay muchas malas decisiones que se tomaron además de las mencionadas, como el relegar al Consejo Nacional de Salubridad y haber concentrado la toma de decisiones sin tomar en cuenta a la comunidad científica, o bien el haber aceptado como cierto el falso dilema entre salvar vidas y salvar la economía. Ya tenemos al menos tres documentos serios que dan cuenta de los errores y malas decisiones que tomaron el presidente y el subsecretario: el reporte de Signos Vitales La pandemia en México. Dimensión de la tragedia (https://tinyurl.com/yg8lppjq); el estudio de seis exsecretarios de Salud denominado La gestión de la pandemia en México. Análisis preliminar y recomendaciones urgentes; y el libro de la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie Un daño irreparable. La criminal gestión de la pandemia en México, publicado por Planeta. En esos tres documentos queda claro que el presidente López Obrador y el subsecretario López-Gatell tuvieron opciones distintas para actuar, y que si bien se puede errar en la estrategia, hubo oportunidad para rectificar y modificarla, como sucedió en otros países.

En México no sólo se erró en la estrategia sino además el gobierno se ha negado sistemáticamente a corregir los errores. La sociedad se ha sentido al garete y por ello muchos piensan que las muertes por la pandemia eran inevitables. Más aún, hay quienes culpan a la sociedad de ser la causante de los contagios y muertes por no cuidarse y no permanecer en casa. Hay algo de eso, sin duda, pero la responsabilidad radica en quienes definen la estrategia y la implementan.

Sí había de otra, y hay responsables.

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