Universo Pyme

Por ley debería pagarse a proveedores en 30 días máximo

Eduardo Torreblanca reflexiona sobre una iniciativa para que los proveedores no reciban menos de lo esperaban porque sus productos fueron ofertados a un menor precio por parte de las tiendas donde se venden.

Promotores de una iniciativa que hizo posible la obtención de una SOCIEDAD DE ACCIONES SIMPLIFICADAS, S.A.S., promueven ahora la posibilidad de que POR LEY la iniciativa privada TENGA que pagar a sus proveedores en un plazo máximo de 30 días.

El asunto no es intrascendente sino todo lo contrario. En diversas ocasiones hemos informado de prácticas comunes que ponen en práctica muchas firmas dentro del ecosistema relacionado con las tiendas de autoservicio y departamentales que por lo regular pagan a proveedores en plazos que llegan a ser de 91 días.

Pero no solo eso, sino que ejercen de manera por demás arbitraria otras prácticas que están muy distantes de un capitalismo racional y moderno para rayar en ejercicios que recuerdan el "capitalismo salvaje".

Por ejemplo. Llega el empresario a cobrar su cheque a los 91 días y se encuentra con que la cantidad es distinta a la que esperaba. Cuando pregunta le informan que la empresa departamental (puede ser desde luego el caso de una tienda de autoservicio) decidió que el producto o alguno de los productos del proveedor merecían una promoción para lo que se les incluyó en la publicación o gacetilla publicitaria que se reparte entre clientes.

El empresario no solo no solicitó la promoción, sino que ni siquiera fue consultado. Por cierto: uno es el precio por haberse publicado en interiores del periódico de promoción y otro es el haberlo hecho (sin conocimiento) en la portada. No cuestan lo mismo los espacios que desde luego pagan los empresarios.

Otra práctica común es aplicar promociones de los productos. Se ha llegado a dar el caso, lo hizo el Grupo Chedraui (y ojalá haya abandonado esta práctica) de "promover" con un descuento de 90 por ciento (en el caso que relaté en su momento) unas lociones de una PYME. Desde luego que nunca se le avisó de esta grandiosa "promoción" que prácticamente agotó las existencias. Cuando el empresario fue a recoger su cheque fue notificado del hecho y además de que no solo no se le pagaría el monto correspondiente a las venas sino que se le exigió que pagara a la firma comercial lo que se había acordado como comisión por la venta sin tomar el cuenta el descuento.

Es decir que en términos reales el empresario pagó a la empresa por haber realizado la promoción y venta de sus productos.

La comisión acordada no fue considerada sobre el precio del producto en la promoción sino sobre el precio original. Hágame el favor.

Esa decisión de la firma mexicana derivó, suponía el empresario pyme afectado, derivó de que la encargada de la venta de perfumería de la empresa mexicana había distinguido que los productos del empresario en otra tienda de autoservicio estaban más baratos que en la empresa que ella representaba por lo que decidió "castigarlo" con un descuento mayor.

El empresario aseguró que el descuento en la otra tienda también había sido decisión de la tienda y no se le había consultado.

El caso es que este empresario no solo perdió la empresa sino también el auto, su casa y recuerdo que aún le quedó alguna cantidad para pagar a la firma.

Desde luego que Chedraui negó el asunto como lo explicó el empresario a este columnista hará hace poco más de 10 años. Supongo que fue un caso excepcional que ya no debe ser práctica común.

Pero hay otras formas de ejercer políticas comerciales dignas de un capitalismo rapaz.

Como pasar la charola a los proveedores para que una marca abra una nueva tienda bajo el argumento de que ello significaría mayores ventas del proveedor o bien, si no cooperaba, pudiera representar su salida como proveedor.

Y además se pide que la primera proveeduría de la nueva tienda fuera aportada por mercancía sin derecho a cobro como aportación para el inicio sano de la sucursal.

O rentar los espacios de anaquel en función de la altura en la que se coloca los productos, o el abusar con el asunto de la merma o permitir que se esconda la mercancía como preferencia a otras firmas. Y así pudiéramos seguirle.

Pero la iniciativa que promueven jóvenes empresarios mexicanos está mucho más ubicado en el terreno de procurar que no haya plazos mayores de 30 días de pago, cosa que mucho ayudaría a que las empresas puedan soportar sin tanto apremio los empleos y su cotidiano ejercicio empresarial.

Le daremos más detalles.

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