Érase una vez un Número

Reflexiones sobre la transición

El columnista explica por qué el equipo económico del virtual presidente electo es fundamental, dada la mala experiencia que tuvimos en 1994.

En los próximos meses se van a dar transiciones en el gobierno federal y en una buena cantidad de gobiernos locales. Todos esperamos que las partes involucradas contribuyan a realizar una transición ordenada, estable y democrática del poder.

El objetivo principal de la transición es preparar el inicio del nuevo gobierno y para ello se requiere la configuración de un clima de trabajo y dialogo constructivo con el gobierno en funciones, como parece ser la situación en el ámbito federal.

En este caso es necesario dialogar y acordar aspectos específicos relacionados con la seguridad nacional, la renegociación del TLCAN, el aeropuerto de la CDMX, las licitaciones en curso y las nominaciones que tienen que darse durante el periodo de transición y, por supuesto, los temas relacionados con la economía. Todavía recordamos la traumática transición entre el presidente Salinas y el presidente Zedillo.

El tiempo es corto y lo urgente puede hacer olvidar lo importante. Por ello es clave definir una agenda estratégica que incluya la definición de los cambios en la estructura organizacional de la administración pública y en la Oficina de la Presidencia; y las prioridades para el inicio del nuevo gobierno: el plan de los primeros cien o 180 días (como se ha dicho) y la preparación de las iniciativas que se enviarían al Congreso.

Los tiempos en el periodo de transición también son importantes, decidir en qué momento se comunicarán decisiones de política, cuándo y a dónde se realizarán giras de trabajo nacionales e internacionales, cuándo se ratificarán los miembros del gabinete, etcétera, resultaría útil en la planeación.

La oficina del presidente electo normalmente debería apoyarlo con tres actividades estratégicas: elaborar el discurso de toma de posesión, establecer comunicación con personas clave en el país y en el extranjero, y mantener una estrecha relación con los medios de comunicación.

La asignación de responsabilidades especificas contribuye a que la transición sea ordenada. Ya se nombraron tres equipos: Carlos Urzúa y Alfonso Romo en materia económica; Marcelo Ebrard y Héctor Vasconcelos para temas internacionales; Olga Sánchez Cordero y Tatiana Clouthier para aspectos de política interna. También se anunció que será César Yáñez quien tenga la responsabilidad de tratar a los medios de comunicación.

El equipo económico es fundamental, dada la mala experiencia que tuvimos en el 94, la exposición que tiene México a los mercados financieros internacionales y la potencial desconfianza a las políticas económicas del presidente electo. Este grupo también tendría la responsabilidad de asegurar la integración, nada sencilla dados los cambios que se quieren instrumentar desde el primer día de gobierno, de un buen paquete fiscal para el año 2019, los Criterios de Política Económica, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación.

Me parece también importante tener enlaces por secretaría, particularmente en un esquema donde se da a conocer el gabinete con tanta anticipación; podría aprovecharse esa estrategia para conocer las dependencias con mayor detalle, analizar los temas que requieren decisión al inicio de gobierno, preparar los nuevos programas, acordar el contenido de los libros blancos y conducir con cierta anticipación el proceso de entrega-recepción de las dependencias de la administración pública federal.

Aunque se busque cambiar la estrategia de seguridad, también debería nombrarse un enlace con el gabinete de seguridad nacional, a fin de que no se interrumpan las acciones que deben continuar y asegurar que el cambio de gobierno no sea aprovechado por la delincuencia organizada.

Aún con mayorías absolutas del partido del presidente electo en el Poder Legislativo, vale la pena tener un enlace con el Congreso a fin de crear un clima de trabajo y diálogo constructivo con las cámaras de Diputados y Senadores para la aprobación de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos; y las iniciativas de ley que enviará el presidente electo al Congreso en las primeras semanas de su gobierno.

Finalmente y en el contexto de garantizar una transmisión pacífica y democrática del poder, y aún con el gran porcentaje de la votación que tuvo la coalición Juntos Haremos Historia, es fundamental la relación con otras fuerzas políticas y sociales. Para ello se requiere tender puentes efectivos de interlocución con los líderes de los partidos políticos y actores relevantes de organismos intermedios y sociales.

Los presidentes de la República hacen una gran cantidad de cosas, algunas positivas y otras negativas, pero el juicio de la historia suele ser resumido en unos cuantos bullets; lo que se haga o deje de hacer al inicio de un gobierno puede ser trascendental en este sentido

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