Eduardo Guerrero Gutierrez

Proyecto Python: la propaganda importa

En cualquier guerra, la propaganda importa, y en el caso del Proyecto Python, el mensaje era claro: enfatizar que el CJNG es un blanco prioritario para la administración de Trump.

Hace un par de semanas comentaba en este espacio sobre lo que parecía una ofensiva norteamericana contra el CJNG. La extradición de El Menchito, ocurrida a fines de febrero, y la detención de La Negra en una corte de Washington —ambos hijos de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho— sugerían que nuestros vecinos traían en la mira al CJNG.

El martes pasado esta sospecha se confirmó cuando se presentaron con bombo y platillo los resultados de la primera fase del 'Proyecto Python'; una operación coordinada por la DEA, pero que se encuadra dentro de una orden ejecutiva de Donald Trump para acabar con el CJNG. La presentación corrió por cuenta del titular de la División Criminal del Departamento de Justicia, Brian Benczkowski, y del director encargado de la DEA, Uttam Dhillon. Los funcionarios detallaron que el Proyecto Python se desarrolló a lo largo de seis meses e incluyó el arresto, en varios puntos de la Unión Americana, de más de 600 personas vinculadas con la organización de El Mencho, así como decomisos millonarios de drogas y efectivo. El mismo día de la presentación se realizaron un centenar de cateos y redadas, que hicieron posible la captura de alrededor de 250 presuntos criminales.

Benczkowski enfatizó que el CJNG no sólo domina el tráfico de drogas sintéticas hacia Estados Unidos. También lo señaló como responsable de una "catastrófica ola de destrucción humana y material en México". Esta precisión es significativa pues sugiere que, al menos en el discurso, hay disposición para utilizar el aparato de justicia norteamericano para castigar hechos de violencia ocurridos en México. En el mismo sentido resulta positivo que también fueran detenidos traficantes de armas ligados al CJNG.

De acuerdo con Dhillon, a la fecha, Python ha sido el golpe más importante contra el CJNG. Los funcionarios, en México, en Washington y en China, son generosos al hablar de su propio trabajo. Es incierto si el Proyecto Python efectivamente ha sido el golpe maestro que la DEA y el Departamento de Justicia quisieron vender. Las respuestas que Dhillon dio a algunas preguntas de la prensa, sobre las implicaciones y la magnitud del operativo, fueron francamente evasivas.

Sin embargo, independientemente de la importancia real de los arrestos y decomisos de los últimos meses, sospecho que el daño al CJNG no será menor. Durante su intervención, Dhillon enfatizó que el Proyecto Python fue sólo el comienzo. Yo sé de buena fuente que el aparato de justicia norteamericano, no sólo la DEA, está empeñado en lograr la captura de El Mencho y en desarticular al CJNG. Cacarear las redadas y los operativos contra la organización es parte de la estrategia que se sigue para alcanzar dicho objetivo.

En cualquier guerra, la propaganda importa. En este caso, el mensaje de la propaganda era claro: enfatizar que el CJNG es un blanco prioritario para la administración de Trump. Las redadas de la semana pasada, y el alboroto mediático que se generó son, sobre todo, una advertencia. De ahora en adelante hacer negocios con la gente del Mencho no será muy atractivo para nadie en territorio norteamericano, desde los líderes de las pandillas que venden droga en las calles, hasta los funcionarios y policías que se hacen de la vista gorda (que, por supuesto, también allá los hay).

Junto con las cifras de arrestos y decomisos, Dhillon aprovechó para hacer notar que hay una recompensa de 10 millones de dólares para quien aporte información que lleve a la captura de El Mencho. Para poner esa cifra en perspectiva, vale la pena recordar que en 2015 sólo se ofrecía la mitad de ese dinero por El Chapo Guzmán (en aquel entonces recién fugado del penal del Altiplano). También se anunció que cuatro empresas ligadas al CJNG se sumaron a la lista negra del Departamento de Tesoro.

La DEA no forma parte de las ligas mayores de las agencias norteamericanas de seguridad. No tiene, ni de lejos, el presupuesto o las capacidades de la CIA. Sin embargo, eso no quiere decir que sea inofensiva. La DEA tuvo un papel relevante dentro de las operaciones que significaron el fin de Los Zetas como una organización cohesionada. La DEA también parece estar bien acompañada en la encomienda de acabar con el CJNG. Lo que debe preocuparnos, y ocupar a las autoridades en México y en Estados Unidos, es precisamente la reacción que el CJNG tendrá ante la embestida y la creciente amenaza de captura de su líder.

Durante la presentación de los resultados de Python lo que brilló por su ausencia fue alguna mención o palabra amable sobre la colaboración de autoridades mexicanas. Tal vez Trump quiera que su administración se quede con todo el crédito por acabar con uno de los grupos criminales más poderosos del mundo, o tal vez la colaboración del gobierno de México sencillamente no amerita mención.

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