Telón de Fondo

¿Y después del 6 de septiembre?

Las siguientes nueve semanas girarán en torno a los gestos, recepciones, giras, dichos, miradas y reclamos de quienes aspiran a darle continuidad al actual ‘proyecto de nación’.

El pasado lunes escribí en este espacio que lo que hoy estamos viendo en gran parte de los medios de comunicación me remontaba a los años sesenta y setenta del siglo pasado, cuando las portadas de los diarios y las notas centrales de radio y televisión eran dictadas desde la Secretaría de Gobernación y por lo tanto eran orwellianamente parecidas.

Una semana después tengo que remontarme a esos años, cuando la sucesión no se resolvía el día de la jornada, en las urnas, sino el día en el que el partido oficial definía a su candidato.

Han pasado sesenta años y más, una transición democrática de por medio, y parecería que estamos ante el mismo escenario: el próximo 6 de septiembre se definirá quién encabezará el Ejecutivo federal de 2024 a 2030. ¿Es en serio?

¿Qué ha pasado? ¿No ha pasado nada? ¿Vivimos una ilusoria transición democrática? o ¿el nietzscheano eterno retorno nos ha alcanzado y hemos vivido en una espiral ilusoria?

Hoy, y lamentablemente las siguientes nueve semanas, todo parece indicar que girará en torno a los gestos, las recepciones, las giras, los dichos, las miradas, los reclamos de quienes aspiran a darle continuidad al actual “proyecto de nación”. No tendría ninguna objeción al respecto si supiéramos qué es eso y si eso estuviera sujeto al debate entre los contendientes y de cara a la ciudadanía. ¿El iluso ciudadano dixit?

Creo que el espectáculo que nos espera será el de quién encabeza algo insustancial. ¿Cuál es el proyecto? ¿Cuál es la oferta? ¿En esta, está considerada la solución a la inseguridad, los cómos? ¿Se debatirá sobre los niveles de pobreza y por qué se han acentuado durante los últimos cuatro años? ¿Hablarán sobre eso?

¿Los temas de salud, educación, vivienda e igualdad de oportunidades estarán sobre la mesa o para oscurecerlos veremos quién aparece más cerca del líder? Como si la cercanía en las imágenes y la confesión pública de la lealtad fuera suficiente. ¿Sólo veremos escenas de los aspirantes en plazas repletas de simpatizantes para medir quién logra las mayores concentraciones? Como si de eso dependiera la solución a los grandes problemas nacionales.

Ya se fijó como regla el que no habrá debates, negando una de las características más enriquecedoras de la vida pública, de la democracia. ¿Pero al menos en algún monólogo podremos escuchar qué se piensa sobre el papel de nuestro país en el nuevo concierto internacional, cómo aprovechar las oportunidades y minimizar los riesgos?

Ante todo esto no puedo más que dejarme ir por el místico déjà vu y correr a las hemerotecas —antes de que las reescriban— para sugerir a algunos editores cabezas de notas para diarios y noticieros, para reseñas y crónicas, aquellas de hace seis o siete décadas. Es la rebelde memoria la que salta al teclado.

El escenario previo no sólo describe al partido político en el poder y sus aliados, sus métodos para dar continuidad a su “proyecto de nación”, sino a una oposición disminuida, con la trágica diferencia de que al paso del tiempo ha perdido valores y perspectivas diferenciadoras y se parece cada vez más a quien critica.

Otra vez esa memoria rebelde, ¿qué le vamos a hacer? Sin registro histórico estamos condenados a los mismos errores. Soy de aquellos a los que no les gustan las segundas versiones y que siguen creyendo que tenemos futuro.

COLOFÓN. Estamos a escasos dos meses y medio del inicio del proceso electoral más grande y complejo de nuestra historia, por el número de cargos en disputa, el número de electores, pero también por el ambiente de confrontación en el que se desenvolverá. La rijosidad será responsabilidad de los contendientes y seguramente terminará en muchos casos en los tribunales, pero lo que no debe fallar es la disposición de lo necesario para que la ciudadanía acuda a las urnas el 2 de junio del 2024 con la seguridad de que su voto contará.

El autor es exsecretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE).

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