Dolores Padierna

Marchas

Vivimos en un país de libertades y, por ende, todas y todos tenemos todo el derecho a manifestar públicamente nuestras preferencias políticas.

Diputada Federal por la LXIV Legislatura

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha llamado a una marcha para celebrar la transformación que, desde hace cuatro años, millones de ciudadanas y ciudadanos construimos en todo el país.

La convocatoria provocó de inmediato que arreciaran los ataques contra el jefe del Ejecutivo y sus partidarios.

Un sector de la oposición vuelve a equivocarse cuando desacredita el derecho que tenemos millones de mexicanas y mexicanos de expresar nuestra alegría por la transformación en curso, y de mostrar nuestro respaldo total a la gestión del presidente López Obrador.

Vivimos en un país de libertades y, por ende, todas y todos tenemos todo el derecho a manifestar públicamente nuestras preferencias políticas y, en este caso, nuestro decidido respaldo a la tarea transformadora que desde hace cuatro años encabeza el presidente.

Saldremos a las calles a manifestar nuestro orgullo por los cambios conseguidos en estos años y para refrendar nuestro compromiso de seguir en un camino que no admite retrocesos.

Vamos a celebrar, como ha dicho el presidente, que en el México de hoy ya no domina la oligarquía, que con la ley en la mano se ha conseguido que paguen sus impuestos quienes antes los evadían con la complacencia gubernamental, que la mayor parte de los hogares mexicanos son beneficiarios de cuando menos un programa social, que tenemos finanzas públicas sanas.

En nuestra caminata celebramos que 12 millones de adultos mayores tienen una pensión que les fue negada durante muchos años. Con otros programas sociales, la pensión para nuestros mayores es un acto de justicia social y una pieza fundamental para ampliar las oportunidades y atender las causas de la violencia.

El Zócalo atestiguará nuestra alegría por los apoyos que reciben 11 millones de jóvenes estudiantes para seguir en las aulas; que, contra el mito neoliberal, los salarios seguirán aumentando; y que México es cada vez más respetado en el mundo.

Se equivocan quienes pretenden equiparar la movilización del 27 de noviembre con el “Día del Presidente” que se acostumbraba en la época del partido hegemónico.

Se equivocan porque la Cuarta Transformación es, en primer lugar, una obra colectiva, la respuesta de un pueblo entero a décadas de corrupción y violencia.

Este domingo 27 de noviembre marcharemos quienes estamos convencidos de la necesidad de afianzar una transformación nacional pacífica y democrática.

No ignoramos que nuestro país tiene aún grandes y complejos problemas. Tampoco, que muchos de estos males provienen de décadas de un modelo de desarrollo fincado en la desigualdad y el saqueo.

Creemos, sin embargo, que la voluntad de cambio que se expresó en las urnas en 2018, y que se ha refrendado una y otra vez en los comicios locales, ha generado una enorme energía social, una revolución de las conciencias que impedirá que volvamos al ominoso pasado del país para unos cuantos.

El 27 de noviembre marcharemos para celebrar la esperanza; caminaremos por las calles de nuestra gran Ciudad de México movidos por el amor, no por el odio.

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