Signos y Señales

Preocupa el reparto, pero fortalezcan la coordinación

Sí se deben revisar las fórmulas de reparto, pero hay que fortalecer la colaboración administrativa, recaudar mejor las facultades chiquitas que tienen y atacar desde un inicio la corrupción y el mal uso del gasto público.

Hablar de una descoordinación del pacto fiscal de los ochentas, como han señalado algunos gobernadores, no es algo sencillo, ni viable para todos, cuando sabemos que el desarrollo desigual hace que, pocos estados son los que tienen el potencial productivo y recaudatorio para ser autosuficientes, no solo por sus débiles administraciones fiscales, repito no todos, sino que por lo menos entre seis y ocho están agobiados por cargas financieras de deudas elevadas y fuertes pasivos con acreedores locales, heredados por cierto de los anteriores gobiernos, pero hoy son de ellos.

Tendrán que pagar muchas de las fallas y corruptelas de sus antecesores, como en el gobierno federal. Es la causa de deudas pendientes e improductivas.

Ya se han hecho intentos para considerar la descoordinación, como Veracruz en los primeros años del siglo, cuya conclusión fue clara, inviable, y este estado, a pesar de sus pésimos y muchas veces corruptos gobiernos, con pocas excepciones, está entre los tres que más participaciones reciben y más con el reparto poblacional; o cuando revisé a petición de Puebla, siendo funcionario federal, dejar al IVA a los estados y eliminar el sistema de participaciones. La conclusión no era viable, ya que el daño a Oaxaca o a Zacatecas, sería terrible y una invitación a dejar el pacto federal o crear fondos compensatorios como en España, esto es crear estados de primera, segunda o hasta tercera. Imposible.

Sí se deben revisar las fórmulas de reparto, como la actual que solo se reparte por población domiciliada, perjudicando a muchos como Tabasco, Chiapas y la CDMX, pero benefició desde 2008 a una sola entidad, que hoy recibe más del 13 por ciento de las participaciones y el ex DF solo el ocho y Tabasco va al precipicio, ha perdido desde hace más de 10 años más de 30 mil millones de pesos.

Hay que fortalecer la colaboración administrativa, recaudar mejor las facultades chiquitas que tienen y atacar desde un inicio la corrupción y el mal uso del gasto público.

A los muy endeudados que les gusta reestructurar, esto es refinanciar hacia el futuro para brincar sus tiempos, han fortalecido no sus finanzas sino las de las consultoras; de algunas por supuesto. Esto es, más deudas.

Aun así, queda claro que, los ingresos fiscales siguen siendo insuficientes para financiar las necesidades de infraestructura y gasto social de las entidades federativas y de las autoridades municipales.

Un recuento en la agenda histórica del federalismo dice que no hemos mejorado mucho, lo que implica que se abran espacios de corrupción, como lo fue en su momento el Ramo 23, que al tener pocos recursos para infraestructura las entidades recurrían a la federación con altos costos para los ciudadanos.

Estoy convencido de que el fortalecimiento del federalismo fiscal requiere de un mejor reparto de las facultades recaudatorias, condicionado a mejores prácticas en el gasto público. Si no, repetiremos las malas prácticas en el ejercicio del gasto público, debilidad presupuestaria, un mal llamado federalismo fiscal.

Más que cambiar el Sistema de Coordinación hay que mejorarlo y hacer como plantea Ramirez Cuellar, una convención hacendaria, donde el diseño de los impuestos es vital, así como revisar los gastos fiscales.

La ASF ha presentado una serie de estudios señalando la necesidad de un rediseño en la normativa de las transferencias federales, más aún cuando con las nuevas potestades, y los convenios que se tienen con muchas instancias, podemos conocer el universo completo, cómo se ejercen los recursos de cualquier ente y así determinar tiros de precisión en tiempo real, que nos permitan una fiscalización más eficiente y preventiva.

Final: sí revisar las fórmulas pero que cada quien haga su parte, aprovechen el sistema de coordinación.

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