La Cuarta Transformación

Los enemigos públicos de AMLO

‘Claudio Décimo’ (González Laporte) ha sido en los últimos 40 años uno de los ideólogos más visionarios e influyentes en el mundo empresarial.

CLAUDIO XAVIER GONZÁLEZ Laporte empezó a sobresalir en el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988). Tomó cancha para perfilarse como uno de los prominentes hombres de negocios de México.

Presidente de la papelera Kimberly Clark, miembro del board de General Electric, influyente en el entonces Consejo Mexicano de Hombres de Negocios y la mano que movió la cuna por años en el Consejo Coordinador Empresarial y su Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

“Claudio Décimo” ha sido en los últimos 40 años uno de los ideólogos más visionarios e influyentes en el mundo empresarial; participa en los consejos de administración de los principales grupos empresariales del país.

Lo mismo en Grupo Carso de Carlos Slim que en Televisa de Emilio Azcárraga; en Grupo Alfa de Armando Garza Sada que en Grupo México de Germán Larrea. Fue artífice de la creación de poderosos think tanks, como el Instituto Mexicano para la Competitividad.

De ser empleado de la transnacional Kimberly Clark, el sonorense González Laporte escaló a la presidencia de la compañía y después se convirtió en uno de sus principales socios a nivel internacional, gracias a sus habilidades como operador de la industria, impulsor del negocio papelero, gran negociador y avezado promotor de la inversión y el crecimiento de los mercados nacional y de exportación.

Por ello cuando Carlos Salinas de Gortari asumió la Presidencia lo nombró “asesor en materia de inversión extranjera”. Durante su gobierno, Claudio X fue un ministro sin cartera cuya labor se concentró en atraer nuevos negocios a México fungiendo, también, como líder del llamado “cuarto de junto” de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

Ese rol le ganó al empresario una interlocución con el nuevo gobierno que nunca habían tenido los hombres de negocios con el Ejecutivo y con su principal equipo: Jaime José Serra Puche, Pedro Aspe Armella y Ernesto Zedillo Ponce de León.

Entonces se hablaba del “milagro mexicano” y fue, en buena medida, por la promoción de personajes como “Claudio Décimo”, que realizaron giras y roadshows por Norteamérica, Europa y Asia.

DE LOS SEIS hijos del histórico líder empresarial, uno, su primogénito, decidió que quiso ser activista: Claudio Xavier González Guajardo. Este “empresario” se entregó a las causas ciudadanas a temprana edad. Siempre tuvo la mira puesta en el servicio público. Inició su carrera en la Oficina de la Presidencia de Ernesto Zedillo, bajo las órdenes del entonces jefe de la misma, Luis Téllez Kuenzler.

Después saltó a la Fundación Televisa, desde donde lanzó conceptos como el de “Bécalos”, programa sin fines de lucro dedicado a apoyar estudiantes y docentes de escuelas públicas. Pero la apuesta más desafiante del nuevo “Claudio X” fue la creación de la asociación civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, en 2015.

Esta organización se convirtió en guardián del actuar del aparato gubernamental federal y empezó a dar sus primeros campanazos en la administración de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, su real tracción la tomó en este gobierno, el de la 4T que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Por esta historia de crear una clase empresarial y política en favor de la democracia, la libre empresa y defensa del Estado de derecho, el tabasqueño escogió, desde hace más de 10 años, a Claudio papá como uno de sus enemigos favoritos, animadversión transmitida ahora a su hijo.

Y es que a éste lo ha responsabilizado de organizar la marcha en defensa del INE, la oposición al plan B electoral en la Corte y los amparos contra las construcciones del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería Olmeca de Dos Bocas y el Tren Maya, a través del llamado Despacho de Investigación y Litigio Estratégico.

Ningún empresario ha sido atacado con tanto encono y saña por un presidente de la República como a “los Claudios”. Tampoco nadie ha sufrido tanto el acoso del aparato del Estado, en particular del SAT que ahora dirige Antonio Martínez Dagnino y de la Unidad de Inteligencia Financiera, comanda actualmente por Pablo Gómez.

El gobierno les ha hurgado las cuentas personales, de sus empresas, fundaciones y los organismos ciudadanos en los que participan. Para López Obrador y su círculo más cercano, ambos son los promotores de la contrarreforma electoral, del régimen de corrupción del PRIAN, miembros de la oligarquía corrupta, controladores de legisladores y consejeros del INE y del Tribunal Electoral y beneficiarios de la privatización de la industria eléctrica.

Con sus exabruptos y ataques permanentes durante tantos años, López Obrador ha puesto a Claudio X como precandidato natural a la presidencia de la República. Como fundador de las alianzas Sí por Mexico y Unid@s, donde convergen diversas organizaciones de la sociedad civil, PRI, PAN y PRD, se perfila como candidato de una coalición.

Los amigos de la familia González dicen que se ha platicado infinidad de veces la conveniencia de que se destape, pero consideran que López Obrador ha polarizado tanto el clima político contra él, que en este momento lo mejor es esperar a que la Suprema Corte decida sobre la reforma electoral, se integre el nuevo INE y se consolide la plataforma de coalición.

Claudio quiere y para eso se ha preparado y trabajado todos estos años. “Claudio Décimo” tiene sus reservas de cuál es el mejor momento político para dar un paso al frente. Las organizaciones civiles que lo apoyan están listas y lo empujan para que tome la decisión en las próximas semanas.

Pero la última palabra es de Claudio.

LA MEJOR CARTA que tiene el PRI para ganar la candidatura presidencial es el “maese” José Ángel Gurría, por encima de Claudia Ruiz Massieu, Enrique de la Madrid, Beatriz Paredes, Ildefonso Guajardo y hasta Alejandro Murat. El inconveniente para el exsecretario de Hacienda y ex secretario general de la OCDE, es el desarraigo del país en los últimos 15 años, la edad y que el electorado menor a los 30 años no lo conoce. La estrategia de la alianza opositora conformada es que cada partido tenga su proceso de selección de un candidato, ciudadano, militante o simpatizante que se presente en una “elección primaria” al final del año, después que se defina la “corcholata” de Morena.

ES INMINENTE LA invocación del panel energético. La jefa de la Oficina de la Representación Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, tiene la pistola cargada desde octubre, y si no ha jalado el gatillo desde entonces, es porque el presidente Joe Biden ha frenado la orden. Pero el jefe de la Casa Blanca ya no tiene más margen de maniobra y la instrucción ya está dada. El panel se anunciará tan pronto como el próximo mes que inicia mañana, lo que augura un empeoramiento de las relaciones comerciales con nuestro principal socio y también con Canadá. Los duros de Washington, republicanos y demócratas unidos como pocas veces, se irán fuerte contra los duros de la 4T y del presidente Andrés Manuel López Obrador.

LA MINISTRA YASMÍN Esquivel se siente intocable. Platica a quien quiera escucharla que hoy más que nunca cuenta con el apoyo de la ministra Norma Angélica Piña, toda vez que, asegura, llegó a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación gracias al voto que le dio en enero, un voto que hará valer hasta donde sea y como sea necesario. Afirma que cuenta con todo el respaldo y blindaje del presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien, dice, estuvo recientemente. Difícil dilema para la ministra Piña hacer valer su autoridad y autonomía, o seguir volteando a otro lado con un elefante en la sala que cada día se convierte en un lastre para ella y para todo el Poder Judicial Federal.

A PROPÓSITO DE mujeres cercanas al poder, guarde estos nombres para lo que se le ofrezca al inquilino de Palacio Nacional, en la medida que se acerquen las elecciones de 2024: Ernestina Godoy, Verónica de Gyves y María de la Luz Mijangos. Es una de las ternas que Andrés Manuel López Obrador considera para la Fiscalía General de la República. El Presidente de lo único que está seguro es que no le dará la posición a la milicia, por aquello de las ansias, cabildeo y presión que hay en la Secretaría de la Defensa Nacional, que comanda Luis Cresencio Sandoval, para que uno de los suyos llegue a la codiciada Fiscalía.

EN LA 4T saben que hoy van a imponer, mediante insaculacion, a la nueva presidenta del INE, afín a su movimiento político. Una de las primeras encomiendas que quieren para la nueva presidenta es desistirse, en lo legal, de la impugnación que al plan B presentó Lorenzo Córdova ante la Suprema Corte. Aunque legalmente sí es una posibilidad, ésta fue por mandato de todo el Consejo General del INE. Así que echar para atrás la demanda electoral va a ser la primera gran prueba de unidad, o no, de lo que será el nuevo órgano de control del instituto, mismo que entra en funciones el próximo martes con cuatro nuevos consejeros de once.

La Cuarta Transformación volverá a publicarse el lunes 17 de abril.

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