Rotoscopio

'Game of Thrones': Ahí viene el final feliz

La clemencia mostrada por los creadores de GoT una vez más comprueba que se han alejado de la naturaleza despiadada que los caracterizó durante seis temporadas.

Los fans de Game of Thrones esperamos ocho años para que los humanos se enfrentaran al ejército de los muertos vivientes. Con la expectativa a tope, los seguidores se reunieron a ver el capítulo en bares y rolaron las quinielas para adivinar quién perdería y moriría. Para decirlo rápido: el más optimista se quedó corto. De esa batalla, la más brutal y desventajosa, salieron vivos los personajes principales y la mayoría de los secundarios favoritos (salvo Jorah Mormont). La clemencia mostrada por los creadores de GoT una vez más comprueba que se han alejado de la naturaleza despiadada que los caracterizó durante seis temporadas. Ahora su impulso es entretener. Gustar.

Y GoT hace eso mejor que ningún otro programa. El más reciente episodio mezcló con audacia a World War Z, Army of Darkness, la batalla de Helm's Deep y hasta la célebre secuencia de la cocina en Jurassic Park. Por oscuras que hayan sido las imágenes, vaya espectáculo que fue la gresca voladora entre los dragones de Daenerys y el dragón del Night King. Y sí: aunque su llegada al árbol de Winterfell haya sido medio incomprensible, uno tendría que ser de hielo para no entusiasmarse con el último acto heroico de Arya. Los momentos deslumbrantes son tantos que es fácil olvidar qué confuso fue el capítulo por largos trechos, qué difícil saber dónde estaba cada quien y qué torpe fue el plan de los buenos para no acabar hechos papilla.

Pero esos son problemas menores. El desenlace triunfal fue ilógico dentro de las propias reglas del mundo salvaje planteado por la serie. Al programa que nos dio la muerte de Ned Stark le tembló la mano a la hora de darles cuello a personajes de última fila. El ejército más temido de Westeros arrasó con todos menos con los preferidos de la audiencia. Lo que viene no es el invierno sino un final feliz. En buena lid, ¿necesitamos otra fábula que acabe con la limpieza y cursilería de Harry Potter? Yo creo que no, pero los creadores de GoT parecen pensar lo contrario.

Faltan tres episodios. Ojalá me equivoque. Después de lo que vi el domingo, francamente lo dudo.

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