Rotoscopio

'Free Solo': el lado oscuro de los superhombres

La cinta, dirigida por Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi, tiene el tino de funcionar a la vez como un emocionante espectáculo deportivo y como retrato de un deportista obseso.

Después del Oscar del domingo se habló mucho de las películas y los artistas galardonados que quizás no merecían la estatuilla. Hubo quien se quejó de que la Academia premiara a Rami Malek como Mejor Actor, así como muchos críticos, en su mayoría estadounidenses, objetaron que Green Book, una cinta efectiva pero predecible, venciera a películas más ambiciosas como BlacKkKlansman, o bien, obras mayores como Roma. Lo que no vi fue gente que se quejara del Oscar a Mejor Documental que recibió Free Solo, delirante película sobre el ascenso que hizo Alex Honnold a El Capitán, una de las más demandantes escaladas en roca del mundo, 900 metros prácticamente verticales que Honnold subió sin valerse de una sola cuerda que lo detuviera en caso de caer. En un año de Óscares polémicos, el de Free Solo fue merecidamente aplaudido por unanimidad.

Y es que la cinta, dirigida por Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi, tiene el tino de funcionar a la vez como un emocionante espectáculo deportivo y como retrato de un deportista obseso, a quien el cariño de terceros estorba más de lo que lo impulsa a lograr sus metas. Honnold emerge como una figura admirable e impresionante, pero también como un tipo egoísta y no particularmente querible. Les adelanto que nadie muere en el documental y, sin embargo, su novia, Sanni McCandless, sin duda queda como una víctima, atada a un tipo que rara vez repara en sus sentimientos y al que debe seguir mientras escala o mientras duerme en una camioneta junto a una montaña (la inquietud de Sanni es aún más palpable porque ella es cálida y adorable). En las entrevistas con Honnold los realizadores indagan a fondo sobre la familia del deportista, sus sentimientos hacia su novia y los motivos que lo impulsan a seguir poniéndose metas cada vez más descabelladas. La frialdad de Alex –hacia casi todos los que lo rodean, salvo uno que otro colega– es lo más elocuente: solo un hombre alejado de la realidad y apartado emocionalmente de la gente que lo aprecia sería capaz de arriesgar su vida una y otra vez sobre un muro de roca.

Que haya algo gélido o ausente en Honnold no implica que su logro no emocione. Si tienen el gusto de ver Free Solo en pantalla grande, de verdad prepárense para una experiencia que los dejará al borde de la butaca: una auténtica proeza cinematográfica, en la que percibimos no solo nuestra pequeñez frente a la naturaleza sino la ineludible enormidad de lo que Alex Honnold logró. Dice mucho del tacto de Chin y Vasarhelyi que Free Solo documente y admire la hazaña de su héroe al mismo tiempo que advierte las más incomodas verdades del hombre que se oculta detrás de ese fenómeno que, al lograr lo imposible, no tiembla ni duda un solo instante.

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