Colaborador Invitado

¡Que siga la fiesta!

Dado el profundo golpe en la economía es posible que la recuperación sea rápida, pero en el siguiente año no estaremos ni cerca de alcanzar los niveles de la actividad previos al Coivd-19, y vendrá la decepción.

Por Alejandra Marcos, directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa

Estamos frente a la desconexión más grande en la historia entre los mercados financieros y la economía real. La fiesta de los mercados accionarios ha sido patrocinada por los bancos centrales, principalmente la Reserva Federal, que hará la inyección de liquidez más grande en la historia de Estados Unidos. Los mercados han sido sumamente complacientes y, a pesar de que estamos frente a la peor recesión en los últimos 100 años, están muy cerca de alcanzar los niveles observados previos a la pandemia. El S&P 500 ha tenido un rendimiento del 39.5 por ciento desde que tocó un mínimo de dos mil 237 puntos el 23 de marzo.

Con el Covid-19 la economía mundial, entró en una especie de coma inducido que originó la corrección en los mercados más rápida de la historia, con caídas en los precios superiores al 35 por ciento en los mercados desarrollados. Pero poco a poco la economía ha comenzado a despertar. Con ello, los mercados se han adelantado –demás– y recientemente se han movido más por las expectativas que por la realidad, que cuando nos alcance no se parecerá para nada a la era pasada. Esa era, en la que se esperaba un crecimiento en la economía mundial del 3.3 por ciento, los múltiplos de valuación hacían sentido, dadas las expectativas de utilidades futuras, y en la que se habían disipado las tensiones comerciales.

El mayor apetito por activos considerados de riesgo, comenzó cuando se dieron a conocer las noticias en torno a la posible solución médica de la pandemia, cuando varios laboratorios anunciaron respuestas satisfactorias de algunas pruebas. Y continuó con la reapertura paulatina de ciertas economías. Además, sorprendentemente el rally de las bolsas –particularmente las norteamericanas– no se ha visto afectado ni por las crecientes tensiones entre China y Estados Unidos, ni los recientes disturbios atribuidos al asesinato de George Floyd. El avance en los mercados considerados de riesgo es producto de las políticas monetarias súper expansivas. Don't fight the Fed. Es un dicho ampliamente conocido en los mercados y hace referencia a la fuerte influencia de la política monetaria en los precios de los activos.

Antes de la pandemia, el Fed tenía en su hoja de balance cerca de cuatro trillones de dólares. A la fecha, ese balance ha aumentado a poco más de siete trillones. En tan sólo tres meses el banco central de Estados Unidos ha inyectado en la economía americana el 14.7 por ciento del PIB. Esto equivale a 10 mil dólares por cada ciudadano norteamericano, o 210 mil pesos. ¡Una locura! No vista en la historia. Los estímulos extraordinarios realizados por la Reserva Federal han propiciado el aumento casi generalizado en los precios de los activos de riesgo; más aún cuando son comparables contra las tasas de interés, que en el mundo desarrollado son cercanas a cero o se ubican en terreno negativo. El exceso de liquidez seguirá contribuyendo en buena medida a este rally. Y es que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ha dicho que el estímulo monetario extraordinario continuará por tanto tiempo y se imprimirá tanto dinero sea necesario para reactivar a la economía. Ante esos estímulos extraordinarios no podemos ir en contra de la tendencia, ni de la Reserva Federal. Los mercados e inversionistas continuarán aprovechándose de esta excesiva liquidez.

Sin embargo, en algún momento nos alcanzará la realidad. Se sabe que el segundo trimestre del año será catastrófico para el mundo. Se estima que las empresas listadas en el S&P500 perderán el 42.4 por ciento de sus utilidades medidas año con año, y que la economía de Estados Unidos se contraerá más del 40 por ciento trimestre contra trimestre anualizado, por lo que nos enfrentamos a la peor recesión en los últimos años. Dado el profundo golpe en la economía es posible que la recuperación sea rápida, pero en el siguiente año no estaremos ni cerca de alcanzar los niveles de la actividad previos al Coivd-19, y vendrá la decepción. Pero no hay que resistirnos a la tendencia mientras siga siendo patrocinada por el Fed.

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