Colaborador Invitado

La primavera pandémica: nuevo ciclo económico

Todo parece indicar que comenzará un nuevo ciclo económico internacional, aunque primero hay que aguantar la pandemia económica de la primavera.

Por Ricardo Trejo Nava, Director General de FORECASTIM S.C.

Hace poco menos de 10 años comenzó un frenesí de protestas contra los regímenes políticos de países árabes del norte de África, exaltación que registró su inicio en diciembre de 2010 y para la primavera del año siguiente la revolución se había extendido al mundo árabe; movimiento a que la postre se conoció como la primavera árabe.

A casi 10 años de aquella excitación política, nos encontramos ante lo que bien podría llamarse la primavera pandémica: una emergencia sanitaria provocada por el virus Covid-19 que registró su primer caso en China, a finales de diciembre de 2019, y que para la primavera de 2020 ha sido declarada pandemia.

En materia económica los choques de oferta y demanda que enfrenta la economía internacional son distintos a los de hace una década.

En el 2010 el planeta se recuperaba lentamente del colapso financiero de 2008 con precios del barril de petróleo tipo Brent que superaron los 100 dólares en el primer minuto de 2011 y llegaron a un máximo 126 dólares en abril de ese año. El conflicto árabe provocó un choque de oferta –escasez de petróleo– prendiendo las alertas de una posible estanflación mundial, es decir estancamiento en el crecimiento económico junto con la inflación que provocaría los altos precios del petróleo.

Los shocks que enfrentamos actualmente son exactamente inversos. La economía mundial entró en fase de desaceleración desde hace dos años, pasando de un crecimiento de 3.1 por ciento en 2018 a 2.5 por ciento en 2019, la menor tasa desde la crisis financiera.

Para 2020 se esperaba un crecimiento similar al del año pasado, en lo que parecía un punto de inflexión gracias a la política monetaria acomodaticia adoptada por distintos bancos centrales, una negociación comercial favorable Estados Unidos-China y un BREXIT ordenado. No obstante, el escenario de riesgo no contemplaba la pandemia por el Covid-19, entorno que debilitará el crecimiento de la economía mundial por debajo de la tasa de 2 por ciento: un aterrizaje forzoso en la demanda agregada.

Por el lado de la oferta se registra un shock importante: precios del petróleo. Arabia Saudita anunció que a partir de abril próximo incrementará la oferta de crudo en 25 por ciento, para llegar a una producción de 12.3 millones de barriles por día. En el mismo sentido Rusia, Irak y Nigeria incrementarán su oferta de tal manera que el mercado estará inundado de petróleo. Estas medidas han provocado que el precio del aceite tipo Brent oscile los 35 dólares por barril a mediados de marzo, la cotización más baja desde febrero de 2016.

Esta noticia, aunque provocó incertidumbre y especulación en los mercados financieros, es una medida alentadora para contener la inflación –dado los menores costos de producción– y reactivar la producción industrial mundial una vez superada la crisis sanitaria, quizás después de la primavera.

Cabe recordar que países como Estados Unidos, China, India, Japón, Corea del Sur, Alemania, entre otros enfrentaban, hasta antes de la emergencia sanitaria, serios problemas de desaceleración económica. Justamente los principales consumidores de petróleo en el mundo.

Solo por citar un ejemplo, estos países son los principales productores de automóviles a escala internacional, con una industria que acumula problemáticas de producción, costos, regulaciones ambientales y demanda de mercado desde 2018. Así, los menores precios del petróleo aliviarán algunos de los problemas que la aquejan.

En una suerte de pronóstico, el Covid-19 nos puso frente al agotamiento total de un ciclo económico. Lo que parecía una desaceleración prolongada de la actividad económica internacional finalmente terminará en agonía durante la primavera.

El nuevo ciclo comienza a dar las primeras señales de vida con las medidas de contención económica en el plano fiscal y de inversión pública que ya anunciaron países como China, España, Canadá, Italia, Francia, Reino Unido y los que se vayan sumando.

En el ámbito monetario el Banco Central Europeo ya anunció que llevará a cabo operaciones de financiamiento a largo plazo que doten de mayor liquidez al sistema financiero de la Zona Euro; los tipos de interés se mantendrán en niveles mínimos tanto en Europa como en Estados Unidos, entre otras medidas de financiamiento. Mientras que los menores precios del petróleo inyectarán mejores expectativas de inversión y de inflación.

Todo parece indicar que comenzará un nuevo ciclo económico internacional, aunque primero hay que aguantar la pandemia económica de la primavera.

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