Colaborador Invitado

Hacia un cierre sexenal balanceado en lo económico

Gracias a la buena conducción de la política monetaria, se espera una transición ordenada que logrará una estabilidad en la economía mexicana.

La inflación en México se aceleró y generó algunas sorpresas en el mes de abril, después de sufrir un incremento del 0.20 por ciento respecto a lo registrado en marzo, cuando se ubicó en 4.42 por ciento. De tal suerte que la inflación a tasa anual repuntó y se ubicó en 4.65 por ciento de acuerdo con el reporte dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Dicho incremento inflacionario se deriva de los aumentos en los salarios, subidas en el costo de producción de mercancías, así como en el consumo de energía que desafortunadamente nos muestra una escalada pequeña, aunque ya empieza a impactar.

Las cifras que han superado el registro del Inegi no eran esperadas respecto de la perspectiva del sistema financiero, ya que la encuesta de expectativas, elaborada por Citibanamex conjuntamente con otras 36 instituciones financieras, contemplaba que el fenómeno inflacionario no rebasase del 4.63 por ciento para el cierre de dicho mes.

Lo anterior podría perjudicar el cierre de la administración sexenal, ya que pondrá otra vez algo de presión en los niveles macroeconómicos, incluyendo el crecimiento. Sin embargo, puede ser muy manejable por el gobierno actual. Sin perjuicio de ello, con base en la experiencia histórica debemos evitar que el cambio de estafeta de las administraciones públicas incurra en errores, como en transiciones gubernamentales pasadas, en donde el cambio de timón no estuvo tan bien conducido en las carteras de Hacienda y en Economía provocando shocks o crisis económicas. Hagamos votos para que también el Banco de México siga actuando de manera autónoma y logremos una entrega-recepción ordenada, coherente y prudente en el manejo de las finanzas públicas.

Manteniendo a la política monetaria actual del Banco Central, no debiese afectar el cambio de gobierno, ya que el famoso efecto del superpeso se ha mantenido, contribuyendo a la fortaleza de la divisa azteca. Gracias a la buena conducción de la política monetaria, y a pesar del relativo nerviosismo que se vive por el proceso electoral, se espera una transición ordenada que logrará una estabilidad en la economía mexicana.

Para el segundo semestre de este 2024, ya con el nuevo gobierno en funciones, se esperaría un tipo de cambio similar al actual (alrededor de los 17.00 pesos por dólar); y quizás en las tasas de interés se presente un ligero decremento. No obstante ello, el Banco de México deberá mantener su política económica e inflacionaria, para lograr mantener controlado el fenómeno inflacionario.

A meses de concluir su mandato como presidente, Andrés Manuel López Obrador puede también señalarse que estos logros deben evaluarse juntamente con el crecimiento durante su sexenio, que fue magro con respecto a lo que anunció al ganar la presidencia de la República. Sin embargo, no podemos olvidar que se enfrentaron factores mundiales como el efecto de la pandemia por el covid 19, que obviamente impactó al sistema económico global.

Quizás también se debieron brindar más apoyos a las pequeñas y medianas empresas, ya que todo eso influye en el factor crecimiento.

A manera de conclusión ‘balanceada’, puede sostenerse que esta administración pública ha tenido un manejo prudente y mesurado de la política económica, quizá para algunos pudiera ser hasta conservador (salvo quizás este año por los niveles de endeudamiento). A pesar de esto último, parece que dejar un país ordenado y funcionando en lo económico.

Sergio Chagoya es experto en inversiones y asesoramiento de empresas en materia corporativa y regulatoria. Socio de Santamarina y Steta.

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