Colaborador Invitado

Vivienda en la construcción de la paz

En el Infonavit hemos puesto en marcha un ambicioso programa cultural para estar cerca de las y los trabajadores y sus familias, más allá de la relación de crédito que se tenga.

Director General del Infonavit

Uno de los objetivos de la política de la construcción de la paz que ha promovido la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, encabezada por Rosa Icela Rodríguez, es atacar las causas raíz de la violencia y neutralizar a los agentes generadores de violencia en el territorio. Esto se ha acompañado con una estrategia programática para que los hogares de menores ingresos cuenten con transferencias directas de pensiones, becas escolares y vivienda, entre otros. Adicionalmente, se ha coordinado una agenda entre distintas instituciones para mejorar las condiciones de vida de las personas y con ello contribuir a la pacificación del territorio. Desde el Infonavit nos ha correspondido lo siguiente.

La primera tarea ha consistido en quitar la carga financiera que los créditos del Infonavit significaban para millones de familias. Con esquemas de crédito prácticamente impagables, las familias enfrentaban una carga psicológica y emocional negativa, situaciones que los llevaron incluso a abandonar las viviendas. Esta era una de las quejas principales durante 2018 y por ello, desde el inicio del gobierno, lanzamos el programa “Responsabilidad Compartida”, que consiste en la reestructuración de créditos que se habían otorgado en veces salarios mínimos, para evitar las alzas futuras y descontar una parte de la deuda. A la fecha, más de 1.24 millones de acreditados se han beneficiado de estas reestructuras, permitiendo que sea posible acabar de pagar sus créditos y ser propietarios de su vivienda.

Acompañando a este programa, se han puesto en marcha diversos apoyos a deudores para que puedan disminuir sus mensualidades o liquidar sus créditos obteniendo algún descuento. Sumando todos los programas, se han realizado más de 5 millones de reestructuras o liquidaciones de crédito, más que en ningún otro periodo de la historia del Infonavit. Si lo vemos con detenimiento, todos estos créditos que hoy se reestructuran fueron otorgados, principalmente, en el periodo 2007-2012, donde se promovió la expansión de las ciudades, la baja calidad de la vivienda y el sobreendeudamiento de las y los trabajadores. Nos ha tocado reparar una deuda de muchos años.

La segunda tarea, conectada con la anterior, ha consistido en recuperar el entorno urbano y evitar que prácticas como la vivienda alejada y sin servicios se repita. En estos años hemos recuperado, rehabilitado y reinsertado cerca de 25 mil viviendas que estaban abandonadas, lo hemos hecho de la mano de alcaldes y sociedad civil en todo el país. Hemos focalizado la atención en que no se puede solo pintar y revender una casa, sino que es necesario recuperar el entorno en que se encuentran. Cada recuperación tiene detrás el trabajo con municipios para recuperar parques, vialidades y dotar de servicios públicos a la vivienda que originalmente no los tenía. En muchos casos, estas recuperaciones han coincidido con el Programa de Mejoramiento Urbano de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y, como resultado, donde antes había una comunidad en decadencia, hoy hay vivienda asequible, parques, escuelas y un mejor lugar para que miles de personas trabajadoras y sus familias puedan desarrollarse.

Acompañando esta estrategia, desde 2021 todos los créditos para compra de vivienda que otorga el Infonavit pasan por un proceso de evaluación del entorno urbano de forma obligatoria. De esta manera, cada vivienda debe de contar con escuelas, parques, hospitales, mercados, centros de trabajo y vías de comunicación en un radio no mayor a 2 kilómetros, lo que permite a las y los trabajadores y sus familias hacer su vida cerca de la casa. Con esto se enterró la idea de principios de este siglo de las ciudades dormitorio que eran dormir en un lado y vivir en otro, y se fortalecen los lazos comunitarios, el tejido social y, a la larga, se reduce el impacto del desarrollo urbano en el medio ambiente.

Finalmente, desde el Infonavit hemos puesto en marcha un ambicioso programa cultural para estar cerca de las y los trabajadores y sus familias, más allá de la relación de crédito que se tenga. Además, de la creación del Museo Nacional de la Vivienda (Munavi), que a través de experiencias interactivas permite a las personas reflexionar sobre el derecho a la vivienda y el impacto que tiene en otros derechos o políticas, hemos llevado al Infonavit a las comunidades. Este año, en 26 unidades habitacionales de 15 estados de la República, estamos pintando murales con la comunidad, que en total suman más de 4 mil 500 metros cuadrados.

Se realizan talleres participativos con artistas locales y nacionales para que la comunidad decida qué quiere mostrar en los murales. La experiencia ha sido enriquecedora, desde la recuperación de la memoria histórica de una unidad habitacional hasta mostrar su identidad urbana actual. Recientemente en Aguascalientes, en la unidad “Villas de Nuestra Señora de la Asunción”, la comunidad pintó a boxeadoras mujeres, que entrenan en el parque comunitario por 5 pesos y que hoy han viajado a Canadá a representar el deporte. No solo eso, poder tener espacios de práctica deportiva aleja a los niños y adolescentes del consumo de drogas u otras conductas antisociales. Reivindicar el espacio público, nos llena de orgullo y es una forma de devolver algo a las comunidades que hicieron su patrimonio gracias al Infonavit.

En suma, estos tres elementos, han sido fundamentales para acompañar la estrategia de pacificación que lleva a cabo el gobierno. La seguridad pública es tarea de todos y, por lo tanto, la colaboración y entendimiento del tema es fundamental.

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