Colaborador Invitado

¿Transformación y progreso con los distritos de salud para el bienestar en México?

Son áreas geográficas comprendidas dentro de las entidades federativas y conformadas por un municipio o un grupo de municipios, en las que se ejercerá la rectoría de las políticas en salud pública.

El autor es médico especialista y extitular de la Unidad de Atención Médica del IMSS.

Los Distritos de Salud para el Bienestar (DSB) prometen ser una de las políticas públicas más trascendentales de la última década, con el potencial de redefinir el acceso y la calidad de la atención sanitaria en todo el territorio nacional.

¿Qué son los DBS? Son los núcleos básicos territoriales de salud -hoy corresponden a las jurisdicciones sanitarias-. Es decir, son áreas geográficas comprendidas dentro de las entidades federativas y conformadas por un municipio o un grupo de municipios, en las que se ejercerá la rectoría de las políticas en salud pública. Se encargarán de reorganizar y fortalecer el primer nivel de atención para lograr un acceso universal, equitativo y eficiente a los servicios de salud, con particular énfasis en la prevención y la promoción de la salud en la comunidad (DOF 25/10/2022).

Esta iniciativa, que se alinea con los principios de la Atención Primaria de Salud (APS) promovidos por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), implica un cambio en la relación entre el Estado y los ciudadanos en materia de salud.

Mientras que el modelo anterior se basaba en una lógica de servicio donde el Estado “provee” y el ciudadano “recibe”, los Distritos de Salud promueven la corresponsabilidad, donde la comunidad participa activamente en la gestión de su salud, fortaleciendo el tejido social y la solidaridad comunitaria. Esta inclusión comunitaria marca un contraste radical con el pasado, donde prevalecía un enfoque más pasivo y centrado en la atención curativa.

En tanto, el IMSS Bienestar se encargará de brindar a la población sin seguridad social, la atención asistencial (consultas, cirugías, hospitalización, entre otros servicios), y los Distritos de Salud atenderán la salud pública a nivel de una determinada región geográfica (prevención, vacunación, regulación, fomento sanitario, entre otras funciones).

La reorganización propuesta por los Distritos de Salud para el Bienestar, además de apuntar a mejorar la eficiencia en el uso de recursos, también fortalecer la equidad en el acceso a la atención médica, asegurando que cada comunidad, sin importar su ubicación geográfica o situación socioeconómica, tenga acceso a atención médica preventiva y curativa.

Estos Distritos de Salud son la apuesta de este gobierno para reemplazar a las jurisdicciones sanitarias, pilares del modelo neoliberal que marcó las últimas décadas, las cuales, creadas en una era donde predominaba la lógica de mercado, jugaron un papel crucial en la estructura del Seguro Popular que dejó de lado aspectos fundamentales como los determinantes sociales de la salud y la participación comunitaria.

Este cambio representa una redefinición profunda de cómo el Estado concibe y administra la salud pública, desplazando el centro de gravedad de un modelo hegemónico y su enfoque mercantilista, hacia un sistema más humano, equitativo, preventivo y participativo.

La transición hacia los Distritos de Salud para el Bienestar representa un desafío logístico y administrativo de gran envergadura y del cual seguramente hay cosas que mejorar, considerando que su implementación no será inmediata. En un contexto electoral, la implementación de estos Distritos se presenta como un tema de debate crucial en las agendas de los candidatos presidenciales.

Más allá de las promesas de campaña, la ciudadanía demandará acciones concretas que mejoren su salud individual y colectiva. En este sentido, la apuesta por una política de salud centrada en la APS y la equidad, se perfila como una propuesta ganadora, capaz de trascender las divisiones partidistas y unificar al país en torno a un objetivo común: la salud y el bienestar de todos los mexicanos.

Estamos ante la oportunidad de construir un México más sano, justo y solidario, donde la salud no sea un privilegio, sino un derecho garantizado para todos. El debate de ideas debe trascender a la polarización, puesto que está en juego la salud de millones de mexicanos.

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