Economista en Jefe de INVEX

Riesgos económicos para México por la elección… en Estados Unidos

La posible reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos sí generaría riesgos para nuestra economía que no deben ignorarse.

Actualmente, se cuentan con elementos suficientes para pensar que Donald Trump será el candidato del Partido Republicano en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos. No solo eso. También es probable que derrote a Joe Biden, candidato del Partido Demócrata, y regrese a la presidencia de EU a pesar de todas las denuncias legales que pesan en su contra.

La retórica utilizada por el todavía precandidato republicano se alinea al discurso nacionalista y un tanto polarizador que lo caracterizó durante su primer mandato como presidente de la nación más poderosa del mundo. Independientemente de las políticas migratorias y climáticas de Trump (que claramente son relevantes y a la vez polémicas), su política económica, e incluso su política internacional, podrían generar un efecto importante sobre las principales variables económicas de México.

En otras palabras, mientras la elección presidencial interna que se celebrará en junio no ha impactado negativamente sobre el comportamiento del tipo de cambio, los anuncios de inversiones relacionadas con estrategias de relocalización de la producción (nearshoring), la calificación de deuda soberana o incluso las principales medidas de riesgo país, la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos sí generaría riesgos para nuestra economía que no pueden hacerse a un lado.

En primer lugar, y bajo el supuesto de que el discurso económico nacionalista de Trump se mantiene (o incluso intensifica) hasta el caso de ser elegido presidente, preocupa la política arancelaria que busca implementar en favor de los productores norteamericanos, particularmente en el sector industrial. Hace un par de días, Trump declaró que establecería aranceles hasta de 60 por ciento en la importación de bienes provenientes de China. En cuanto a otros países, los aranceles podrían llegar a 10 por ciento, incluyendo (hasta ahora) las mercancías provenientes de México.

Y es ahí donde entra otro tema relevante: la revisión del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que iniciará en 2025 y concluirá, con una resolución, en 2026. La llamada sunset clause se activará por primera vez para que representantes de las tres naciones involucradas tengan la oportunidad de llevar a cabo “una actualización constante [del Tratado] que atienda nuevos retos políticos y económicos” a seis años de haberse firmado el acuerdo comercial.

Una propuesta de modificación a las reglas de contenido regional que favorezca a Estados Unidos, un actuar más contundente respecto a las controversias que contravengan cláusulas del Tratado (como lo fue hasta hace poco la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica), una mayor tensión relacionada con temas laborales o migratorios, y sobre todo el tema arancelario podrían afectar el flujo de exportaciones mexicanas.

Aunado a lo anterior, la posibilidad de que Trump reduzca aún más el impuesto corporativo incentivaría a algunas de las grandes empresas a no desplazar inversión fuera de Estados Unidos, con efectos perjudiciales sobre un número importante de proyectos de nearshoring que beneficiarían a nuestro país.

Adicionalmente, ante cierta afinidad que en su momento mostró con el presidente de Rusia, Trump anunció que buscaría eliminar el apoyo de Estados Unidos a Ucrania y posiblemente el tema de la participación (y contribución económica) a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Un recrudecimiento del conflicto armado en Europa del Este podría afectar nuevamente el suministro (y, por lo tanto, los precios) del petróleo, el gas natural, el trigo y otras materias primas, como ocurrió con el estallamiento de la guerra en marzo de 2022, con efectos nocivos sobre la inflación o las finanzas públicas de México en caso de que la siguiente administración busque evitar una escalada en los precios locales de dichos insumos. Si la inflación revierte su trayectoria hacia el objetivo de 3.0 por ciento de Banco de México, las tasas aquí podrían mantenerse elevadas por más tiempo.

Como se puede apreciar, tal vez debería preocupar la elección presidencial en Estados Unidos por sus posibles implicaciones sobre el comercio exterior, la inversión extranjera (principalmente la proveniente de América del Norte), el crecimiento económico, la inflación y las tasas de interés en México.

De nuevo, en cuanto a las elecciones internas, incluso una vez conociendo a las que prácticamente se oficializarán como candidatas punteras a la presidencia de México para el periodo 2024-2030, variables como el tipo de cambio no han sufrido ajustes significativos. Para muestra, la cotización del tipo de cambio cerró por debajo de 17.00 pesos por dólar el último día hábil de 2023.

Si aumenta la posibilidad de que gane Trump, el nivel de tipo de cambio podría ser otro.

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