José Luis Lima Franco

Veracruz: caída y recuperación

En 2017 las calificadoras consideraron que la entidad podía caer en default. El aumento de los ingresos y la disminución del gasto corriente mejoró las condiciones de las finanzas veracruzana.

José Luis Lima Franco, Secretario de Finanzas de Veracruz

Las perspectivas de futuro para las finanzas veracruzanas en 2018 no eran promisorias. El crecimiento inusitado de la deuda bancaria, la caída de los ingresos propios y de la inversión pública, más el incumplimiento con proveedores e instancias federales, configuraron un escenario que debilitó la posición del Estado.

Instituciones cruciales para nuestra vida pública, como el Instituto de Pensiones del Estado o la Universidad Veracruzana, quedaron en entredicho. Lo mismo sucedió con la gran mayoría de los municipios, a los cuales se les retuvieron indebidamente las transferencias federales a las que tenían derecho.

Como reflejo de lo anterior, en 2017 las calificadoras consideraron que la entidad era insegura para el pago oportuno de obligaciones, mantenía un alto riesgo crediticio y podía caer en default.

Fue necesario implementar urgentemente una serie de medidas destinadas a la estabilización y saneamiento de las finanzas públicas.

En primer lugar, se reestructuró la deuda bancaria con el objetivo de pagar menos capital para liberar recursos y pagar menos intereses. Además, se estableció como objetivo que la deuda bancaria no aumentara y disminuyera el rubro de otros pasivos. Los dos compromisos se han cumplido redundando en una disminución de 19 mil 800 millones de pesos sobre la deuda total, equivalentes a 22.7 por ciento. Podemos decir, que la deuda dejó de ser un problema para Veracruz.

En segundo lugar se contuvo el gasto corriente mediante una política de austeridad bien entendida que acabó con lujos y derroches para priorizar el gasto productivo y social. Al mismo tiempo, se incrementaron los ingresos propios, sin nuevos impuestos ni aumento de los existentes, mediante la socialización de la recaudación consistente en la ampliación de la base fiscal y el acercamiento de la hacienda al contribuyente. Los recursos propios aumentaron 87.7 por ciento de 2018 a 2023, pasando de 8 mil 629 millones a 16 mil 192 millones de pesos.

El aumento de los ingresos y la disminución del gasto corriente mejoró las condiciones de balance de las finanzas veracruzana: los créditos de corto plazo pasaron de 4 mil 788 millones a mil millones de pesos entre 2017 y 2022.

Igualmente, fue posible incrementar gradual, pero sustancialmente la inversión pública y mejorar su destino. En 2023 ésta fue prácticamente el doble de 2019, y nueve de cada diez pesos de este rubro se destinan a infraestructura, medio ambiente, salud, educación y desarrollo social.

Reconociendo estos hechos contundentes, la percepción de las calificadoras ha mejorado. En la actualidad consideran que Veracruz ofrece seguridad para el pago oportuno de obligaciones de deuda y mantiene un bajo riesgo crediticio ante escenarios económicos adversos.

Por todo esto, podemos decir que se han alejado las amenazas que se cernían sobre Veracruz. Hoy somos una entidad confiable, estable y responsable, con un horizonte de futuro prometedor para los próximos años.

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