Colaborador Invitado

Competitividad: se busca

El aumento en la competitividad de la región de América del Norte –y en particular de México–, es un tema clave en las conversaciones del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN).

Consultor en Políticas Públicas y Comercio Exterior

Este viernes 16 de junio, la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) publicó en el Federal Register una petición solicitando comentarios y sugerencias de cualquier interesado que ayuden a mejorar la competitividad a nivel regional, sobre todo en caso de surgir eventos que interrumpan el buen funcionamiento de las cadenas de suministro, y que se implementarán por medio del T-MEC. La fecha límite para enviar estas sugerencias en inglés por vía electrónica es el 17 de julio.

La competitividad es uno de esos conceptos que todos entienden, pero del que no existe una sola definición, pues se puede observar a nivel de país, industria o empresa y medir en base a diferentes variables. Sin embargo, existe un consenso que para ser más competitivo se tiene que producir más con la misma cantidad de insumos, minimizando errores y el desperdicio en el proceso de producción, elevando la calidad del producto o servicio, reduciendo los costos de producción y superando las expectativas del consumidor. La consecuencia es contar con productos y servicios que compitan a nivel nacional e internacional.

Precisamente, el aumento de la competitividad es un elemento clave de la estrategia del presidente Biden en su lucha con China por mantener la hegemonía económica. Su asesor en seguridad nacional, Jake Sullivan, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, explicaron en abril cómo es que su gobierno busca fomentar la competitividad de la economía estadounidense y reducir su actual dependencia de la economía china, a través del financiamiento a la innovación, al desarrollo de nuevas tecnologías y del fortalecimiento del dólar.

Mientras que la negociación del T-MEC fue para el gobierno de Trump una manera de revertir el déficit en la balanza comercial de Estados Unidos con México y Canadá, el de Biden lo considera el documento que ofrece las pautas para generar una plataforma de producción regional que catapulte a Estados Unidos para seguir siendo la economía más poderosa del mundo hasta la mitad de este siglo. Canadá entendió este objetivo y el gobierno de Trudeau ha implementado medidas para generar diversas sinergias con Estados Unidos.

No así en el caso de México, a pesar de contar con elementos que lo hacen una economía complementaria a la de Estados Unidos y Canadá. Las fricciones en el marco del T-MEC y de otros acuerdos y los cambios legislativos que merman la inversión del sector privado, han contribuido a la caída en la competitividad del país. De acuerdo con las evaluaciones anuales del Foro Económico Mundial (WEF) y del Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gestión Administrativa (IMD), la competitividad de México alcanzó su máximo durante el gobierno de Felipe Calderón, se estancó durante el sexenio de Peña Nieto y cae desde el 2018.

Por ello, el aumento en la competitividad de la región de América del Norte –y en particular de México–, es un tema clave en las conversaciones del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), que se reunirá nuevamente en septiembre y que encabezará por México la nueva canciller Alicia Bárcena. Y aunque la funcionaria encabezó la Cepal por 14 años, la definición y enfoque de competitividad de este organismo es muy diferente del concepto que manejan Estados Unidos y el resto de los miembros de la OCDE, a la que también pertenecemos. La mejora en la competitividad es un tema que no ha sido atendido adecuadamente por los países de América Latina y por la Cepal, la que se ha enfocado al desarrollo de la cooperación en favor de los países menos desarrollados, como lo reflejan sus acuerdos y estudios publicados desde el 2000.

Además. Rafael Marín, nominado como representante de México ante la OMC, llegará a Ginebra cuando se discute el futuro de la organización. Estados Unidos está cabildeando la creación de un nuevo organismo que excluya a China, Rusia y a países que no se consideren socios confiables (no democráticos), mientras que la Unión Europea, Canadá y una veintena de países, han propuesto nuevas reglas que la revivan. México perteneció a este grupo, pero el cierre de la oficina de Ginebra en diciembre del 2022 terminó por aislarnos de las discusiones y de los espacios ganados desde 1995. Además, deberá participar activamente en la negociación para la aprobación del protocolo sobre comercio electrónico –del que México es uno de los proponentes–, que se busca concluir este año, y en la implementación del protocolo sobre subsidios a las pesquerías. Deberá reportar a la secretaria Buenrostro.

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