Manuel Sescosse, presidente de Tauromaquia Mexicana A.C.
Quienes promovemos y defendemos la Tauromaquia a lo largo del país, celebramos la disposición del presidente Andrés Manuel López Obrador de iniciar una mesa de diálogo con las autoridades federales, para hacer una revisión detallada de lo que acontece en torno a esta actividad que cuenta con casi 500 años de arraigo en México.
Sepa, señor secretario Adán Augusto López que, de darse este encuentro entre representantes del gobierno federal y distintos actores del sector taurino, éste será de gran utilidad para conocer mejor todos los aspectos positivos que giran en torno a la llamada fiesta brava y dar respuesta puntual a los distintos señalamientos que han surgido por parte de los grupos prohibicionistas.
Llegaremos a la cita, de ser convocados como asociación de carácter nacional, que representa a todos los actores que participan en la Tauromaquia, con un ánimo de apertura, respeto y tolerancia, tal y como nos hemos conducido en todo momento, incluso frente a los ataques de los que hemos sido objeto.
Hoy, la fiesta brava representa una industria que, de acuerdo con datos corroborados por la Secretaría de Agricultura, generó en 2019, previo a la pandemia, una derrama económica de 6 mil 900 millones de pesos.
Se trata de una actividad que genera empleos directos e indirectos para más de 220 mil familias en todo el país, cuya estabilidad estaría en riesgo frente a cualquier prohibición. La derrama fiscal de 800 millones de pesos al año es un reflejo de la fortaleza de esta industria.
Recientemente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó el carácter nacional de la fiesta brava, tomando en cuenta su alta penetración en las comunidades del país, ya que el 80 por ciento de los festejos que se celebran cada año se llevan a cabo en el marco de festividades cívicas, religiosas y de santos patronos, tomando en cuenta usos y costumbres de nuestros pueblos originarios.
Ejemplo de ello es la Península de Yucatán, en donde cada año se organizan más de 2 mil 500 festejos que forman parte de la riqueza cultural de esa región y se celebran en el marco de las fiestas patronales de las comunidades mayas.
Consideramos que es deber de todos preservar los empleos, así como mantener esta actividad cuyo carácter mexicano ha sido reconocido por la Corte y que tiene en las comunidades una de sus principales expresiones.
Presentar ante las máximas autoridades del gobierno federal estos y otros aspectos como el bienestar animal y la preservación del medio ambiente que se promueve en las más de 260 ganaderías de toros de lidia, que abarcan más de 160 mil hectáreas (casi la mitad de la extensión del estado de Tlaxcala), será una excelente oportunidad para iniciar una nueva etapa en este debate que ha levantado pasiones a lo largo de nuestro país.
Estamos listos para el diálogo, mismo que agradecemos de antemano.