Óscar Mario Beteta
El nuevo plan de estudios que ha comenzado a pilotar la SEP en 960 escuelas de enseñanza básica, cuyos objetivos son la integración curricular, la promoción de la autonomía profesional del magisterio, poner en el centro de la escuela a la comunidad y alentar la educación como un derecho, son tan confusos y crípticos, que requieren precisarse.
En la percepción de la mayoría de especialistas, catedráticos e intelectuales, esa propuesta es inequívocamente regresiva al dejar en claro que su objetivo central no es la superación, sino la creación de condiciones radicalmente diferentes de existencia.
¿Cuáles, sino reconociendo la realidad para saber qué y cómo innovar y para qué?
Un análisis del críptico programa, salpicado de incoherencias, contradicciones e indefiniciones que únicamente su autor entiende, Marx (no Max) Arriaga (¡¡¡???), refleja propósitos políticos, éticos y morales totalmente contrarios a lo que debe ser cualquier sistema educativo que busque la construcción de buenos ciudadanos y la mejoría de un país.
El conocimiento sistematizado adquirido en las aulas, es el único instrumento realmente civilizatorio, de ilustración, liberación, progreso y avance de las sociedades. Nunca, en ningún lado, alguna de ellas ha avanzado sin apelar a ese primer bien.
Si la educación no se convierte en superación como un continuum histórico-social, irremediablemente se producirá un estancamiento, se normalizará la mediocridad y la involución será inevitable. Las puertas de la animalidad siempre están abiertas.
¿No es ésta, en vez de la racionalidad, lo que claramente se propone? ¿Es eso lo que se quiere para los mexicanos y para el país con el nuevo programa escolar?
Asumiendo que este se apoya en la buena fe de quienes lo van a probar, ¿cuáles son sus contenidos y sus objetivos concretos? ¿Quiénes lo aplicarán y le darán seguimiento? ¿Qué capacidades tienen para mejorarlo antes de universalizarlo? ¿Qué autoridad moral, profesional y ética tienen los “supervisores " para proponer que se oficialice a nivel nacional?
Por lo delicado que es, en materia educativa se requiere 100 por ciento de aptitudes, saberes y experiencia; las improvisaciones son inaceptables. ¿En qué otro país con desarrollo similar al nuestro se ha implantado algo parecido a lo que se pretende imponer?
Para que sirva, son fundamentales y deben ser fundacionales la calidad y la evaluación de maestros y alumnos; tienen que estar perfectamente establecidos sus parámetros de enseñanza-aprendizaje, pues definirán la formación de millones de mexicanos. Sólo si esas premisas son sólidas es concebible un mejor futuro.
Lo que bajo ninguna circunstancia es admisible, es que la educación se esgrima como un instrumento para adoctrinar, ideologizar, partidizar o robotizar.
Si lo que se pretende es crear condiciones radicalmente diferentes de vida, y se sobreentiende que estas han de ser para mejorar, es básico tratar de hacerlo sobre planes pedagógicos que descansen en contenidos firmes, claros, consistentes, específicos y útiles; probados y comprobables.
Ir por otro camino, sería un error histórico de consecuencias altamente predecibles e irreversibles.
Sotto Voce.- Dentro de la coalición opositora, el PAN comienza a moverse con el destape de sus “corcholatas” para el Estado de México y la Presidencia. Al parecer, el PRI y PRD harán lo mismo y será a través de una “encuesta” que determinen a los ganadores… Pese a todo, Ricardo Monreal sigue moviéndose por “la libre”. Por eso, ayer presentó su propuesta de Proyecto de Nación en materia turística, en Acapulco… De acuerdo con la encuesta más reciente de Demotecnia-De las Heras, las dos candidatas del PRI a la gubernatura del Estado de México están muy cerca de la de Morena. Los números del panista Enrique Vargas, en cambio, lucen demasiado raquíticos como para que tenga alguna oportunidad, pese a sus enormes desplantes, parafernalia y show político.