Colaborador Invitado

2022: Agenda climática para una pesca sostenible en México

Trabajar por la sostenibilidad en la pesca artesanal -o ribereña, como la conocemos en México- es ver por las comunidades costeras.

Por Juan Manuel Calderón, Director de Políticas Públicas de EDF de México.

El 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos para evaluar el impacto de las actividades humanas en ellos y recordarnos la importancia de su gestión sostenible, pues recordemos que de ellos obtenemos más de la mitad del oxígeno que hace posible la vida en la Tierra. Asimismo, este 2022, las Naciones Unidas declararon el Año Internacional de la Pesca y Acuicultura Artesanales (AIPAA), cuyo objetivo es atraer la atención del mundo al papel importantísimo que juega la pesca en pequeña escala para lograr varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, asegurar financiamiento y un marco de políticas públicas que ayuden a este sector a ser más resiliente frente al cambio climático y otros desafíos sistémicos.

Vivimos un momento crucial para el medio ambiente, con distintas y poderosas voces en defensa de esta causa alrededor del mundo, para asegurar un futuro sostenible. Los compromisos e iniciativas internacionales abundan. Ejemplo de ellos son las reuniones anuales de la COP y los reportes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU, el Panel para una Economía Oceánica Sostenible, el propio AIPAA y el Decenio de la Ciencia Oceánica de la ONU, de los que México es parte activa. No es casualidad ni moda que tantas personas se den a la tarea de trabajar por el cuidado de nuestros océanos y de nuestro planeta: estamos obligados a tomar impulso para transformar la realidad.

Trabajar por la sostenibilidad en la pesca artesanal -o ribereña, como la conocemos en México- es ver por las comunidades costeras, para que cuenten con un piso parejo de derechos que les asegure un modo de vida digno; para que hombres y mujeres en la pesca participen en el fortalecimiento de la gobernanza y tengan voz en las decisiones de política pública que les afectan; para permitir la sostenibilidad medioambiental y mantener el sano -y delicado- equilibrio entre el aprovechamiento de los recursos pesqueros y el cuidado de la biodiversidad; para que los millones de personas que viven de la pesca y acuacultura artesanales sean valoradas por sus contribuciones a la seguridad alimentaria mundial, y para que sus comunidades cuenten con las herramientas y las capacidades para adaptarse al cambio climático que hoy ya les afecta.

En EDF creemos que el trabajo colaborativo entre los diversos actores que participan en el diseño e implementación de políticas públicas para el sector pesquero es clave. En México, necesitamos generar más atención hacia nuestros océanos y construir mayor voluntad entre las personas e instituciones que verdaderamente pueden hacer un cambio. La pesca ribereña no solo es importante para las comunidades costeras; su producción es parte fundamental del sistema alimentario en México y el mundo, pues los alimentos acuáticos contienen proteínas y micronutrientes muy importantes para el desarrollo del ser humano, por lo que la pesca es esencial para combatir el hambre y fortalecer la seguridad alimentaria.

Nuestra organización ha trabajado con otros actores que forman parte de Impacto Colectivo por la Pesca y Acuacultura Mexicanas y un destacado equipo académico, en el análisis de los principales impactos del cambio climático en la pesca y acuacultura en México. A partir del mismo se derivan diversas recomendaciones y propuestas de política pública para lograr la resiliencia climática de nuestro sector pesquero. Entre ellas, destacan:

Integrar un Programa Nacional de Pesca y Cambio Climático, que incluya mecanismos de gobernanza y participación ciudadana; Crear un Atlas de Riesgo para el sector pesquero; Aumentar la inversión en la generación de conocimiento que permita prever con eficacia y guiar estrategias de manejo; Crear espacios efectivos de comunicación y coordinación entre gobierno y comunidades pesqueras; Impulsar la coordinación intersecretarial y multisectorial, y la construcción de coaliciones que aseguren la coordinación transversal entre dependencias y órdenes de gobierno, así como entre sectores y actores relacionados con la pesca y la acuacultura, así como Incorporar el enfoque de género en todas las acciones y políticas públicas a desarrollar, fortalecer e implementar.

En México, la pesca ribereña es parte esencial de una gran cadena productiva que comienza en la costa y termina en nuestras mesas, no solo a nivel local sino incluso a nivel internacional. Las personas que participan directa e indirectamente en esta actividad, así como quienes nos beneficiamos de la riqueza alimentaria que provee, vivimos bajo amenaza por la crisis climática. Por ello, debemos trabajar de manera decidida para que, a través de políticas públicas efectivas, enfrentemos este desafío y aseguremos las condiciones y las herramientas que hagan posible la sostenibilidad y la resiliencia de nuestro sector pesquero y acuícola. Trabajar en ello es urgente.

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