Colaborador Invitado

M&A 2022: Una perspectiva estable

La actividad de M&A vendrá en la medida de cómo las empresas sigan buscando socios estratégicos, lo que les requerirá tener una estructura mejor organizada y plan de negocio sólido.

José Ignacio El-Mir, socio líder de M&A, en PwC México

Después de los años más intensos de la pandemia en México, la recuperación en  fusiones y adquisiciones sigue relativamente lenta debido primero al cierre y caída severa de la economía y segundo a las limitaciones estructurales históricas que tenemos como mercado, por ejemplo, sectores de la industria muy concentrados y con escasa competencia, el dominio de empresas familiares, y un entorno regulatorio o administrativo poco dinámico.

Este escenario difiere del que vemos en otras regiones. En el año 2021, por ejemplo, hubo niveles récord de negociaciones en Europa, donde hubo un aumento de 34 por ciento, seguido de Estados Unidos con 22 por ciento. En México, hubo alrededor de 137 transacciones, lo cual representa un crecimiento de 34 por ciento, que si bien es mejor que lo visto en plena pandemia (en 2020, se reportaron apenas 100 transacciones), está por detrás de los techos históricos y muy por detrás en comparación con otros países como Brasil, por ejemplo.

Y es que el mercado mexicano es un tanto peculiar. El hecho de que casi 90 por ciento de las empresas en el territorio sean familiares provoca desafíos en la institucionalización o sofisticación en planes de negocio que busquen crecimientos agresivos, provocando en consecuencia ser poco apetecibles para inversionistas.

Otro aspecto para tomar en cuenta, y que resulta muy relevante, es que históricamente no existe falta de liquidez en los mercados. Están los flujos con las suficientes capacidades para activar oportunidades; no obstante, quizá siempre ha faltado, por las asimetrías del mercado en México, un alto volumen de proyectos interesantes.

Sectores como el energético y el de infraestructura en México solían ser puntas de lanza con un mayor número de volumen; sin embargo, desde hace tres o cuatro años estas industrias han registrado poca actividad en transacciones de M&A. Las que hoy toman el liderazgo, indiscutiblemente, son las relacionadas con tecnología y, muy específicamente, las relacionadas con Fintech. Muestra de esto son las poco más de 500 entidades de este tipo, de las que tenemos visibilidad ya que crecen de manera exponencial, que ya existen en nuestro país –se cierran unas puertas y otras se abren–.

El potencial es interesante en estos sectores –aunque los montos de inversión no sean comparativamente tan altos– debido a que existe desatención en esos nichos de clientes, por ejemplo del lado de la bancarización. Como referencia de los bajos niveles que tenemos, hoy el 53 por ciento de los adultos en el país carece de una cuenta bancaria y 7 de cada 10 no tienen acceso al crédito. Lo anterior, es muy atractivo para entidades dedicadas a medios de pago u originación de préstamos de forma sofisticada a clientes con un perfil de riesgo que puede ser más alto o simplemente no cae dentro de los estándares.

Otro fenómeno que seguiremos observando, también muy motivado por la crisis económica, es la tendencia de las empresas a enfocarse en las actividades donde han desarrollado mayor experiencia, por lo que continuaremos presenciando desinversiones. Hasta hace poco, la tendencia era distinta: los grandes conglomerados familiares, incluso ya siendo muy rentables en sus sectores, tomaban ‘oportunidades de negocio’ que terminaban significando distractores de sus estrategias. Hoy parece que la tendencia es inversa: “separar divisiones o productos que no se alinean con las actividades principales de la empresa”. Por lo tanto, las desinversiones seguirán siendo fuente de transacciones.

México siempre ha sido  atractivo para la inversión extranjera, debido a su población joven, ubicación geográfica, el potencial de crecimiento y desarrollo. Dentro de este contexto, Estados Unidos se mantendrá como el inversionista número uno, –aproximadamente el 40 por ciento de la inversión extranjera proviene de ese país. Otras naciones también muy activas serán España y Canadá, esta última, a través de sus fondos de pensiones.

El año 2022 se avizora estable con relación al número de transacciones en México en años anteriores, nada fuera de lo común. Tenemos un entorno inflacionario alto como lo vimos al cierre del año pasado, por lo que es previsible que veamos incrementos en las tasas de interés, y el crecimiento de la economía en general será todo un desafío. Por lo tanto, la actividad de M&A vendrá en medida de cómo estas empresas sigan buscando socios estratégicos, más que ‘liquidez por liquidez’, lo que les requerirá que trabajen en tener una estructura mejor organizada y un plan de negocio sólido en busca de estas oportunidades de crecimiento y aprovechando las nuevas capacidades que el sector tecnológico, y en particular el de Fintech, pueden ofrecer.

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