Colaborador Invitado

Urge incentivar el emprendimiento en México

Las políticas de austeridad representan un desafío para el crecimiento de micro, pequeñas y medianas empresas, comenta Juan Carlos Rivas.

México tiene un espíritu emprendedor que debemos identificar, promover y cuidar. Actualmente, en nuestro país las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) aportan alrededor del 52% del PIB y generan el 72% de los empleos formales (IMCO). De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE), elaborada por el INEGI en 2019, del total de las empresas en nuestro país, el 97.6% son microempresas, las cuales emplean al 75.4% del personal; mientras que las pequeñas empresas representan el 2% y emplean al 13.5% del personal. Por su parte, las medianas empresas representan el 0.4% y emplean al 11.1% del personal (BANCOMEXT, s.f.).

En línea con las cifras anteriores, el Global Entrepreneurship Monitor (GEM, 2020), afirma que en México existen alrededor de 8.6 millones de personas que trabajan por cuenta propia o en estas microempresas, de las cuales el 60% requiere financiamiento. El acceso al mismo se complica por las condiciones de mercado y por la urgencia de sobrevivir y tener liquidez. Actualmente se está descuidando el espíritu empresarial de alto crecimiento y las políticas de austeridad representan un desafío adicional. El crecimiento económico mundial continúa desacelerándose y el crecimiento negativo de 8.5, registrado en 2020 en México, han empeorado las condiciones para el desarrollo empresarial y la generación de empleos.

De acuerdo con GEM (2021), el Índice Nacional del Contexto Emprendedor (NECI, por sus siglas en inglés), la aptitud del entorno económico para el emprendimiento, en el caso de México, para el periodo del 2020 al 2021, fue de 4.1 (sobre una escala Likert del 0 al 10); puntación con la cual pasó de ocupar el lugar 23 (Periodo 2019-2020) a ocupar el lugar 34 (Periodo 2020-2021). Esta puntuación NECI, para cualquier economía, se obtiene mediante un promedio simple de las Condiciones del Entorno Empresarial (EFCs, por sus siglas en inglés), mismas que se enlistan a continuación: Acceso a finanzas emprendedoras, Política de gobierno: Apoyo y pertenencia, Impuestos y burocracia, Programas gubernamentales de emprendimiento, Educación escolar (y post-escolar) sobre emprendimiento, Transferencia de investigación y desarrollo, Infraestructura comercial y profesional, Facilidad de entrada: Dinámica de mercado, Cargas de mercado y regulaciones; Infraestructura física y Normas sociales y culturales.

Conscientes de estos desafíos, en el Comité Técnico Nacional de Emprendimiento del IMEF ofreceremos, en 2022, el programa “Innovación y Emprendimiento de Alto Impacto”, un programa práctico que, con el acompañamiento de reconocidas instituciones, transformará las ideas de sus participantes en proyectos estructurados de negocios. Con acciones como esta, el IMEF refrenda su compromiso con la difusión y el intercambio de las mejores prácticas de gestión financiera y económica con enfoque social en México.

Se dice que “aquello en lo cual perseveramos se vuelve más fácil de realizar, no porque su naturaleza haya cambiado, sino porque nuestra capacidad para realizarlo ha aumentado”. Por lo anterior, resulta de gran importancia reforzar el impulso al emprendimiento, ya que este esfuerzo incrementará nuestra capacidad de generar impactos positivos en lo social y económico.

Incentivar el emprendimiento en México, mediante la creación de mejores condiciones para el ecosistema emprendedor de nuestro país; por sí mismo, no llevará a nuestra economía al nivel de crecimiento que se requiere para garantizar el bienestar de 127 millones de mexicanos, al menos no de forma directa; pero lo que sí es seguro, es que contribuirá con su granito de arena para poder incrementar el número de PyMEs en México, que como se describió en un principio, constituyen el motor de nuestra economía.

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