Clemente Ruiz Duran

Digitalización e inclusión financiera

La digitalización permitirá que las zonas rurales cuenten con acceso a un sinfín de servicios esenciales, como son la educación a distancia, tratamientos médicos a distancia y todos los trámites gubernamentales necesarios.

El anhelo de toda sociedad es reescribir la historia y trazar una nueva línea de prosperidad que permita que las generaciones futuras vivan mejor. México no es la excepción, se han intentado diversas rutas, sin embargo, no hemos logrado nuestro objetivo, en buena medida por la falta de continuidad en los programas de gobierno. En estos momentos de disrupción generalizada por la pandemia, un área clave para mantener la comunicación y con ello el trabajo a distancia es la estrategia de digitalización de la economía, el reto es enorme ya que las brechas urbano-rural son aún muy elevadas. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, el acceso a Internet por zona urbano-rural presenta una diferencia de 28.9 puntos porcentuales, los resultados reflejan una cobertura de 76.6% en las zonas urbanas y 47.7% en las rurales. En este sentido la estrategia digital deberá fijarse como meta cerrar esta brecha, ya que es un primer paso para hacer llegar servicios esenciales a la población más pobre.

La Coordinación de Estrategia Digital Nacional de la actual Administración ha señalado que, dentro de sus objetivos esta acercar a las zonas rurales y marginadas programas sociales como telefonía e internet gratuito a través de Centros Integradores de Servicios y las sucursales del Banco del Bienestar. Una pieza clave de esta estrategia será TELECOMM/México, que desde el pasado miércoles cuenta con una nueva administración, encabezada por Rocío Mejía. El reto es inmenso, ya que las administraciones anteriores se enfrentaron con problemas para cumplir con sus metas de proveer red digital a todas las zonas rurales. En esta perspectiva se requiere que para evitar que la historia se repita, es necesario establecer metas claras de digitalización para cada una de las regiones del país, esto permitiría ir cerrando brechas y detectar a tiempo cuáles son los problemas.

La digitalización permitirá que las zonas rurales cuenten con acceso a un sinfín de servicios esenciales, como son la educación a distancia, tratamientos médicos a distancia y todos los trámites gubernamentales necesarios, como son el certificado electrónico de nacimiento y la cartilla electrónica de vacunación. A lo anterior se debe sumar el objetivo de mejorar la inclusión financiera por medio digital para las zonas más rezagadas del país.

Una estrategia en esta dirección requiere contemplar varias etapas, en una primera, se podría enfocar a la dispersión de fondos del gobierno federal por medios digitales. Para ello, supongamos que se reparten dispositivos móviles con conexión a la población en todas las zonas rurales y se les hace llegar transferencias a las gentes de menores ingresos. El problema que se presentará es como podrán disponer de los recursos, para ello se requerirá desarrollar corresponsales que permitan la obtención de recursos o bien la obtención de bienes a través de operaciones digitales. Un intermediario ideal en este proceso son las tiendas que controla SEGALMEX que suman más de 26 mil y que atienden a las zonas rurales más alejadas, es una infraestructura que puede ser clave en este despliegue de inclusión financiera. De esta forma se podrían sumar las 1,700 oficinas de TELECOMM con toda la red de SEGALMEX y tener una cobertura que no existe en ninguna red privada, lo más cercano a esta red son las tiendas Oxxo que estiman contar con 20 mil tiendas en todo el país en 2020. En esta perspectiva la meta de inclusión financiera no requiere de grandes gastos presupuestales, sino que debiera fundamentarse en la creación de una red entre instituciones existentes, habilitando diferentes segmentos del sector público en apoyo a la población de bajos ingresos,

y no dedicando un presupuesto especial a desarrollar sucursales o instalaciones nuevas, la idea es interconectar lo ya existente.

Un punto de apoyo para esta estrategia podría ser el Consejo Nacional de Inclusión Financiera y el Comité de Educación Financiera, ya que podrían apoyar la estrategia entrenando a jóvenes que viajaran a las diversas regiones del país a apoyar a las poblaciones que tienen menos conocimiento de lo digital, de esta forma se convierte de una instancia consultiva a una de promoción.

Es un reto interinstitucional lograr que la población de bajos ingresos pueda reducir el uso de efectivo como medio de pago, esto les generará mayor seguridad en sus operaciones cotidianas, transfiriendo dinero por diversos mecanismos, como señaló el Gobernador del Banco de México cuando puso en marcha el CODI es un sistema que busca desarrollar un ecosistema de pagos móvil e incluyente. Esta ruta puede significar un camino que permita una mayor inclusión financiera, esperamos que la digitalización efectivamente se traduzca en una mayor inclusión para los grupos que viven en las regiones más remotas del país.

COLUMNAS ANTERIORES

Desafío 2024: el desigual crecimiento regional
La transformación de Pemex y CFE en una empresa de energía

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.