Clemente Ruiz Duran

Renovando el proyecto industrial

El ‘nearshoring’ se ha ido construyendo a lo largo de las últimas décadas y hoy se abre la posibilidad de ampliarlo y consolidarlo como un proceso de industrialización renovada.

A lo largo de esta semana surgió el debate en las campañas presidenciales, sobre cómo aprovechar el nearshoring a lo largo y ancho del país, para impulsar un nuevo crecimiento industrial en el país. En Baja California, la candidata Sheinbaum mencionó la posibilidad de construir un centenar de parques industriales, para promover el desarrollo con bienestar y sustentabilidad en todo el país, señalando la importancia de la planeación para que estos parques industriales vayan de acuerdo con la vocación de cada región y que tome en cuenta la infraestructura con la que se cuenta para garantizar inversiones sustentables. En realidad, el proceso de nearshoring se ha ido construyendo a lo largo de las últimas décadas y hoy se abre la posibilidad de ampliarlo y consolidarlo como un proceso de industrialización renovada.

El nearshoring requiere una política industrial diferente en la cual el país no se deje simplemente guiar por el goteo, sino que requerimos definir proyectos que cambien el perfil de la industria mexicana. Tenemos que impregnar una visión de creatividad al proceso manufacturero, para ello se requiere crear una alianza público-privada, en la cual se establezca como política industrial el apoyo a procesos de creatividad. Requeriríamos que las empresas sean recompensadas por la innovación. Sin embargo, podíamos proceder de manera inversa, buscar que ciertos bienes que son indispensables para la movilidad se produjeran en una alianza público-privada. La esencia es rescatar lo que hace el Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono) en términos de ingeniería inversa. De hecho, Corea inició su proceso de innovación de esta forma, los militares empezaron a realizar ingeniería inversa con los vehículos que les otorgaba el ejército estadounidense. Hoy Corea registra al año 183 mil 748 patentes, en tanto, en los países latinoamericanos su nivel de registro es sumamente bajo: México, 983; Brasil, 4 mil 398; Colombia, mil 104; Argentina, 444. En esta perspectiva, el nuevo proyecto industrial de México requiere estar fundamentado en la innovación, es decir, no se trata sólo producir más, sino que requerimos producir bienes con tecnología innovadora.

Un punto del debate en este entorno es cómo se deben reconfigurar las instituciones de la política industrial del país. En esta perspectiva, se debería promover una nueva relación de todas las entidades reguladoras como la Secretaría de Economía, el Consejo de Ciencia y Tecnología y las empresas productivas gubernamentales y privadas, de forma que genere círculos virtuosos para la creatividad. En todas las empresas públicas se debería establecer la normatividad de realizar ingeniería en reversa, de forma que puedan producir sus propios equipos con tecnología mexicana.

En esta perspectiva de inducción de la creatividad, tanto pública como privada, se debería de impulsar la creación de empresas relacionadas con el medio ambiente, de suerte que parte del proyecto industrial estuviera enfocado a la creación de energías alternativas. En el debate entre Enrique de la Madrid y Altagracia Gómez Sierra, encargados de la perspectiva industrial de las candidatas a la presidencia de la República, se puso en evidencia la necesidad de un proyecto industrial incluyente. Se mencionó de forma clara por parte de Altagracia Gómez la necesidad de incluir a las micro, pequeñas y medianas empresas para dar sentido a la creación de cadenas de suministro, en donde se requiere apoyarlas desde abajo para promover su crecimiento.

Se abre una coyuntura para elaborar una política industrial diferente a la que se ha seguido hasta le fecha. Requerimos repensar el país en todas sus dimensiones y entender que la manufactura puede ser el eslabón necesario para crear un país más dinámico e igualitario. Esto requiere, por supuesto, de reformas a los aparatos del Estado y buscar una relación público-privada de entendimiento para promover el cambio. En lo productivo es en donde se definirá el futuro del país, esperamos que se logren acuerdos que, en vez de retrasar al país, lo impulsen hacia un futuro más promisorio.

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