Clemente Ruiz Duran

China: el reto del rejuvenecimiento nacional

El gran esfuerzo de China mueve a la reflexión sobre la estructuración de escenarios de largo plazo para nuestro país.

El presidente Xi Jinping durante su discurso con el que ha marcado la apertura del XX Congreso del Partido Comunista de China, que durará toda esta semana, y en la que se darán a conocer los énfasis que otorgará la segunda economía del mundo para mantener su ritmo de crecimiento. Para ello pasó revista a los grandes asuntos sobre la mesa, de la economía a la pandemia, del desarrollo tecnológico y militar a las turbulentas aguas de la compleja realidad geopolítica mundial, señalando la prevalencia de una compleja situación internacional con bruscos cambios, lo cual le plantea a China grandes desafíos. Mencionó que el mundo se encuentra otra vez en una encrucijada histórica provocada por “actos de hegemonía, y autoritarismo”. Frente a esto, ha propuesto una “política exterior independiente y de paz” asegurando que impulsará “la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales”, con la intención de reconfigurar el orden internacional y, cada vez más, el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para impulsar ese objetivo”.

En su discurso mencionó una estrategia de desarrollo en dos etapas, en la primera buscará realizar una modernización socialista para el año 2035 y posteriormente una economía prospera, fuerte, democrática, culturalmente avanzada para la mitad del siglo 21. Esta visión de largo plazo, ninguno otro país plantea a China como un líder de largo alcance, para lo que mencionó que este esfuerzo estará guiado por un desarrollo centrado en la gente. Para ello mencionó las áreas en que China incursionará para lograr este objetivo: crecimiento económico de alta calidad, desarrollo balanceado, conservación ecológica, el bienestar de la población, innovación tecnológica independiente, y esfuerzo por promover la paz mundial y el desarrollo. Al analizar el ambiente global para que China avance, señaló que se ha entrado a un período de desarrollo en que las oportunidades estratégicas, los riesgos y los retos se entremezclan con un ambiente de incertidumbre. Advirtió de varios riesgos impredecibles (cisnes negros), peligros previsibles, pero no abordados (rinocerontes grises) que pueden ocurrir en cualquier momento, para lo que pidió que se esté alerta para enfrentar esos escenarios no previstos y que puedan llevar a la economía mundial a navegar en aguas agitadas o incluso en tormentas peligrosas. Esta narrativa del discurso del presidente Xi hacía referencia a la situación global que se vive en estos momentos por la guerra en Ucrania y la tensión en el caso de Taiwán, que se convirtió en un caso viral desde que Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, visitara a principios de agosto la isla autogobernada ―que China reclama como parte inalienable de su territorio―. Tras su viaje, Pekín desplegó ejercicios militares en el Estrecho y rompió la cooperación con Washington en materias clave como el cambio climático.

En su alocución mención que el socialismo con características chinas permitió la erradicación de la pobreza absoluta y se ha logrado construir una sociedad moderadamente próspera. En ese entorno mencionó los grandes logros económicos que se han tenido y que han permitido a la economía china situarse en la segunda economía del mundo con 18.5 por ciento del PIB global. Mencionando que es el mayor productor de granos y su sector manufacturero es el más grande del mundo, así como sus reservas internacionales.

Un momento elocuente en su discurso fue la forma como China hizo frente a la pandemia de COVID-19, señalando que protegieron a su población a través de una política dinámica, basada en una política de salud combinada con una de apoyos económicos y sociales. Señalando que la pandemia mostró la necesidad de intensificar los esfuerzos para reducir las desigualdades regionales y eliminar los cuellos de botella que se dieron por falta de abastecimientos estratégicos, que ponen en riesgo las metas fijadas. Mencionó que es necesario estar prevenidos de los riesgos financieros, y asegurar el abastecimiento adecuado de alimentos, energía y abastecimientos industriales.

Este mensaje del presidente Xi parece mostrar la determinación de China de continuar lo que se pudiera denominar como una política de rejuvenecimiento nacional basado en la construcción de mayores capacidades productivas para evitar los riesgos de una economía mundial que enfrenta una mayor inestabilidad global. El esfuerzo de la economía china debería ser analizado en nuestros países, ya que es un esfuerzo es un hito en la historia de la economía mundial, ya que logró en la última década duplicar su Producto Interno Bruto y su ingreso por habitante, su tasa de urbanización pasó de 53 por ciento en 2012 que a 64.7 en 2021. Todo esto contribuyó a sacar a 100 millones de residentes rurales de la pobreza, que es una proeza que debería servir de ejemplo a las economías en desarrollo. La lección que deja este gran esfuerzo es el de la perseverancia que se ha tenido. Son elementos para la reflexión y para la estructuración de escenarios de largo plazo para nuestro país.

COLUMNAS ANTERIORES

Bancarización en una perspectiva constructiva
El repunte de la inversión y el futuro de la economía

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.