Clemente Ruiz Duran

Cadenas globales de valor el reto para México

La pregunta es de qué manera México puede garantizar que las empresas de EU puedan ser compatibles con las de países fuera de la región para establecer cadenas de valor estables.

En medio de una conflictiva recuperación mediada por la guerra y los desacuerdos, los Estados Unidos y China han emprendido un camino para fortalecer sus sistemas de abastecimientos estratégicos a través de las cadenas globales de valor, en el caso estadounidense, a través de lo que se conoce como Nearshoring y el lunes pasado, el Presidente Xi, en la apertura en Hangzhou del foro “Resiliencia y Estabilidad Industrial a través de las Cadenas Globales de Valor”, se comprometió a salvaguardar la seguridad y estabilidad de sus cadenas de valor. Ambas potencias están buscando asegurar suministros que les permitan mantener su posición hegemónica a nivel global, evitando los desabastos que sufrieron durante la pandemia y que se han prolongado hasta la fecha, lo que ha repercutido en el aceleramiento de la inflación global.

Es evidente que mantener la resiliencia y la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales es una garantía vital para promover el desarrollo de la economía mundial. En este sentido, se requiere que todos los países aseguren que las cadenas industriales y de suministro sean bienes públicos por naturaleza, para ello, se requieren tomar medidas concretas que profundicen la cooperación internacional en las cadenas industriales y de suministro. Para ello, el mundo requiere construir un sistema de cadenas industriales y de suministro global que sea seguro, estable, fluido, eficiente, abierto, inclusivo y de beneficio mutuo.

La pregunta que surge en medio de este debate es de qué manera puede beneficiarse México de ambas propuestas, es decir, garantizar que las empresas estadounidenses de nearshoring puedan ser compatibles con las de países fuera de la región para establecer cadenas de valor estables. En realidad, esto de hecho ya ocurre en gran número de actividades, sobre todo en la frontera norte del país, en donde empresas electrónicas provenientes de Asia han logrado consolidar núcleos de exportación hacia Estados Unidos, como es el caso de Samsung, LG y Sony, que ensamblan las TVs en Tijuana. En esta perspectiva ha logrado atraer a productores asiáticos que producen para exportar hacia Estados Unidos y el mundo. El gran reto es buscar que se elevará el contenido nacional y no simplemente seamos ensambladores, Gerardo Fujii señala que para elevar este proceso requerimos estimular a las empresas productoras de partes a invertir en el país, las que además de proveer de partes a la industria ensambladora establecida en el país, se integrarán en la cadena mundial de abastecimiento de partes.

Esta tarea requiere de una política industrial más agresiva que imagine el país que deseamos tener para el año 2050, definiendo áreas y sectores de especialización, no sólo esperar que las empresas extranjeras lleguen a establecer sus plantas para poder desarrollar con bajos costos su cadena global de valor. En este sentido, requerimos seleccionar ciertos sectores claves, si vamos a continuar desarrollando la industria automotriz en su versión de futuro requerimos pensar que será una industria fundamentada en una visión electrónica, en donde no sólo pensemos en desarrollar coches eléctricos, sino que el siguiente paso será el desarrollo de movilidad autónoma. Para eso se requiere una tecnología que aún no existe en México. Empresas como Ford está desarrollando en Estados Unidos con empresas europeas los camiones autónomos, que serán los vehículos que veremos moverse por las carreteras en unos cuantos años, es decir, tenemos que salir al paso de todos desarrollos tecnológicos y pensar que tenemos que desarrollar este tipo de industrias para poder mantenernos como un país manufacturero con visión de futuro y no simplemente conformarnos con ensamblar lo que otros están diseñando.

Necesitamos entusiasmar al sector privado nacional a involucrarse en estas tareas, tal como lo está haciendo la empresa ADO, modernizando su flota. Tras un año de servicio en modo de prueba y derivado de un esfuerzo conjunto entre el sistema de transporte Metrobús, el Gobierno de la CDMX y las empresas VEMO y MOBILITY ADO, el tramo de la Línea 3, que cruza de Tenayuca a Pueblo de Santa Cruz Atoyac, incorporó a su operación diaria una flotilla de autobuses articulados completamente eléctricos, así como la primera electroterminal inteligente para el sistema de transporte Metrobús. En esta perspectiva, requerimos promover que el sector privado mexicano se mueva en la cadena de valor. Buscar que grandes empresarios mexicanos se comprometan a desarrollar cadenas de valor más integradas, como podría ser el caso de la telefonía, en donde deberíamos preguntarle a Carlos Slim por qué no ha desarrollado sus propios teléfonos celulares. Es una coyuntura sumamente interesante ya que la pandemia mostro la debilidad que existen en las cadenas globales de valor y la necesidad de recomponerlas, en este sentido, el fortalecimiento de las cadenas de valor deberán venir de una política industrial más audaz que promueva una nueva visión industrial del país para los próximos cincuenta años, es cuestión de imaginar al país en un escenario 2050, esa es la clave para fortalecer las cadenas globales de México.

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