Clemente Ruiz Duran

Inestabilidad global, consecuencias económicas de la guerra

En el complejo escenario de una guerra no esperada se ha empezado a mover un complejo ajedrez en el que las alianzas existentes tenderán a reajustarse.

Conforme avanzan los días y la guerra en Ucrania se prolonga, la economía mundial ha visto surgir signos de un proceso de inestabilidad en varios frentes: el económico, el financiero, el energético, el productivo y sobre todo el costo humanitario del conflicto. Las expectativas de un acuerdo parecen alejarse y con ello se afianzan los desequilibrios provocados por la invasión.

Los desabastos de insumos estratégicos provocarán efectos colaterales, afectando abastecimientos que se traducirá en un escenario de inflación global por arriba de lo esperado. Los precios del petróleo se han disparado; al día de ayer el WTI alcanzó 126 y el Brent 130 dólares por barril, y los analistas contemplan incluso escenarios catastróficos de 150 dólares el barril. En el caso mexicano la Secretaría de Hacienda en sus pronósticos del marco macro contemplaba un rango de precios de 58.6 a 63.7 para 2022 y de 63.7 a 67.2 para 2023. Estos pronósticos fueron revisados por el Banco de México en su reporte trimestral del 2 de marzo pasado, en donde se habla de un ajuste de los precios del petróleo a lo largo del año para cerrar en un rango cercano a los 80 dólares. Esto tendrá repercusiones diferenciadas para la economía mexicana, ya que por una parte habrá un beneficio de un mayor precio del petróleo, pero al mismo tiempo habrá un efecto negativo para el bolsillo de los mexicanos al elevarse el costo de la gasolina y de todos los derivados del petróleo.

El incremento que se ha presentado en los precios de referencia de las gasolinas y el diésel por la recuperación en los precios internacionales del crudo ha generado que el monto del estímulo al IEPS que emite semanalmente la SHCP sea el equivalente a 99.1 por ciento del IEPS federal que se paga en el caso de la gasolina regular. Es decir, se ha agotado el espacio que tenía el Estado con el incentivo en el IEPS para que los precios no rebasen el techo inflacionario, de mantenerse la etapa siguiente es pasar del estímulo al subsidio en IEPS. En años anteriores el gobierno mexicano ha otorgado subsidios en el IEPS de gasolinas y diésel cuando los precios del crudo se han incrementado de manera relevante en el mercado internacional. Durante los años en los que ha existido subsidio al IEPS éste ha sido compensado por el incremento en derechos, dejando a la SHCP relativamente neutral al efecto.

Este proceso de inestabilidad abre la puerta a situaciones que no se habían previsto, Estados Unidos podría buscar acuerdos con Venezuela e Irán a efecto de compensar el impacto de la reducción de abasto de Rusia, y con ello estabilizar el mercado petrolero global. Para Maduro esto es un regalo no esperado, se le ha ofrecido la ocasión de un entendimiento directo con Washington, con seguridad pragmático y turbio, como todo lo que surge del apremio de las guerras, pero que lo coloca en posición de aprovecharse del boom de precios sin precedentes del que Venezuela, sin inversión extranjera a la vista distinta a la estadounidense, no podrá jamás sacar provecho. De igual forma los estadounidenses están buscando un acuerdo con Irán, que podría desbloquear el pacto nuclear, el cual no ha podido avanzar y que ante la presión de la guerra podría desbloquearse para incrementar la oferta mundial de crudo.

En este complejo mundo de una guerra no esperada se pudiera decir que se ha empezado a mover un complejo ajedrez en el que las alianzas existentes tenderán a reajustarse, con fuertes efectos macroeconómicos en donde en un primer momento se percibe en forma negativa, reduciendo las expectativas de los países en desarrollo, entre ellos México, en donde sin lugar a duda el crecimiento de la economía estará por debajo de lo previsto en diciembre pasado, afectando las finanzas públicas y también a sectores dependientes de abasto de la región en conflicto, entre ellos algunas de las entidades que se abastecían de fertilizantes de Rusia y de granos o productos del campo de Ucrania. Otra cuestión clave será la forma como se resuelva el bloqueo financiero a Rusia, lo cuál va a afectar sin lugar a duda el costo del dinero a nivel mundial.

El escenario a mediano plazo parece más nebuloso ya que todo dependerá de los acuerdos finales que se alcancen una vez terminado el conflicto, el cuál podría ser indefinido, en donde una posibilidad podría ser que no existan condiciones para reconstruir la región de guerra, como las que se dieron después de la Segunda Guerra Mundial, sino que se quede en un impasse que dificulte la reconstrucción. Son momentos turbulentos en donde países cómo el nuestro quedan expuestos a la inestabilidad y con ello a una reducción de los niveles de vida.

COLUMNAS ANTERIORES

Bancarización en una perspectiva constructiva
El repunte de la inversión y el futuro de la economía

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.