Claudia Olguin

Suburban Boom

La posibilidad de nuevos espacios alojados en los suburbios o las zonas contiguas a las grandes ciudades cada vez toma mayor fuerza.

El crecimiento en los suburbios llegó para quedarse. No sólo se trata de colaboradores que trabajan en casa por cumplir con las metas laborales que el COVID-19 impuso como regla.

Esta circunstancia ha sido calificada como un detonante de nuevos modelos de trabajo y la existencia de una nueva relación entre los corredores comerciales centrales y los ubicados en la periferia.

Mediante la operación de la herramienta Experience per Square Feet (XSF), la firma Cushman & Wakefield (C&W) descubrió que los empleados son igual o incluso más productivos que en las oficinas, hecho que generó un debate sobre la subsistencia de las oficinas, de la forma en la que las conocimos hasta antes de la pandemia.

De acuerdo con el XSF, 75 por ciento de los empleados percibió una mejora de 10 por ciento en productividad a partir de la concentración y colaboración al trabajar a distancia.

La experiencia positiva, al parecer, se considera un punto de inflexión en la manera que piensan sobre los bienes raíces. De tal razón, que algunas empresas hablan del regreso a un modelo de "centro y radio" (hub and spoke) que incluiría una mayor cantidad de oficinas de menor tamaño en ubicaciones suburbanas.

Por ello, la posibilidad de nuevos espacios alojados en los suburbios o las zonas contiguas a las grandes ciudades cada vez toma mayor fuerza. Así que no sería novedad, como indica C&W, que se consoliden modelos de desarrollo urbano transitables cercanos a un centro de tránsito.

Pero el tema no termina ahí. Se prevé que algunas empresas regresarán a la oficina, pero otorgando flexibilidad individual que haría factible que sus empleados trabajen desde casa con mayor frecuencia.

En uno u otro caso, la realidad es que la amplia gama de alternativas para el desarrollo del trabajo centra la discusión de una posible continuidad en la demanda de inmuebles de oficinas, pero el tamaño y la ocupación de los mismos pudiera cambiar en función del lugar donde se encuentre el espacio de trabajo de los ocupantes.

La inercia hacia los suburbios no es nueva, ni producto del COVID-19 en mercados consolidados como Estados Unidos. Ha sido parte de un debate reciente por la demografía, en particular la fuerza que han tenido nuevas generaciones. Es el caso de los millennials, considerados el catalizador de la misma.

Un estudio de Pew Research asegura que desde 2019, la generación nacida entre 1981 y 1996 se convirtió, con 72.1 millones, en el grupo poblacional más grande en Estados Unidos, con un promedio superior a 30 años, al rebasar a la generación baby boomer.

Los millennial están alentando el crecimiento inmobiliario en los suburbios.

Sin embargo, la movilidad es un desafío. Por tanto, crece la posibilidad de que la demanda de espacio de oficinas suburbanas sea mayor.

Como ya ocurría en las empresas, este tipo de condiciones, como los espacios de trabajo suburbanos ayudarían en las actuales condiciones a atraer y retener talento, dado que esta generación vería el beneficio de ser considerados para posiciones de trabajo ubicadas en estas nuevas concentraciones regionales.

Igual de relevante es el potencial que tendrían los proyectos ubicados en zonas transitables a pie y altamente amenizadas en las áreas no urbanas.

Lo relevante, asegura esta perspectiva, es cómo interpretar lo mejor de dos mundos: el de la vida urbana y la transitable cercana a las grandes concentraciones, pero asequible. Este último factor históricamente sólo ha sido cubierto por las posibilidades de precios que existen en los suburbios.

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