Claudia Olguin

Dilemas del desarrollo urbano en CDMX

Claudia Olguín indica que la cancelación de la segunda torre de Torre Mítikah da una señal clara de que son nuevos tiempos y el desarrollo urbano no será el mismo que en la última década.

La declaración de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad en torno la cancelación de la segunda torre de Torre Mítikah ayer por no contar con medidas de mitigación suficientes abrió a un debate.

No se trata sólo de una cancelación de una nueva etapa de un megaproyecto, sino lo que está en la mesa de las autoridades en revisión y que son el marco de la política fundamentada en la Ley de Planeación que se mandará al Congreso de la CDMX a finales de mes, y dará paso a la creación del Programa General de Desarrollo Urbano, que reorientará el desarrollo urbano en la Ciudad.

La cancelación del permiso de la segunda Torre más alta en Mítikah anunciado ayer por la autoridad, da una señal clara que ya se preveía en el negocio inmobiliario. Son nuevos tiempos y el desarrollo urbano no será el mismo que en la última década, período en que se apostó al desarrollo vertical con proyectos de gran volumen y usos mixtos, basado en el modelo de polígono de actuación.

Se trata de torres de oficinas, centros comerciales, hoteles, vivienda e incluso grandes proyectos de vivienda institucional en renta, éstos últimos como respuesta a la demanda no cubierta por el desarrollo habitacional.

Se sabe que actualmente la Seduvi revisa 174 expedientes de polígonos de actuación de 2017 y 2018, que en 48 existen irregularidades que generaron revocaciones y juicios.

En el caso Mítikah, conceptos más, conceptos menos, la autoridad argumentó en su declaración el impacto adicional que representaría en materia de movilidad y servicios de agua potable el proyecto ubicado en la zona de Xoco, ubicado en la alcaldía Benito Juárez.

La primera fase del desarrollo que incluye una torre de oficinas, una residencial y centro comercial que se entregará a finales de 2020 continúa su avance de obra, que a la fecha es de 70% y en la que se estima una inversión de 3 mil millones de pesos.

Para el equipo que dirige Gonzalo Robina la noticia representa un reto, no sólo por ser la estrella de su portafolio inmobiliario en desarrollo, sino por la señal que se envía a los inversionistas. A pesar de que anoche Fibra Uno, reiteró en un comunicado la continuidad del plan maestro debido a que cuenta con las autorizaciones y obras, incluidas medidas de mitigación.

En algunos foros se ha destacado que los inversionistas ya están descontando el impacto de este tipo de medidas, en particular para adaptarse a las nuevas reglas con que se jugará el desarrollo inmobiliario en mercados como la CDMX. Por tanto, no extraña que grupos diversificados hayan incluido nuevas regiones en el país para compensar lo que no se podrá generar en la metrópoli.

En suma es forma, pero también fondo. Ambas características de la señal lanzada ayer, abren paso al rediseño de estrategias, que recuerdan la salida del Bando 2, emitido en 2010 cuando la actual jefa estaba en la Secretaría de Medio Ambiente de esa administración.

En el mundo existen múltiples casos de reconversión a partir del ensamble de zonas donde se generan las condiciones para estimular el desarrollo urbano. Ante las actuales circunstancias, se espera mucho de la Ley de Planeación y el Programa.

Si bien el crecimiento de las ciudades no se puede detener, los retos que abren las nuevas reglas urbanas son mayúsculos para una metrópoli que requiere regenerar múltiples zonas abandonadas, atender la problemática de movilidad, transporte y el robustecimiento de servicios.

COLUMNAS ANTERIORES

Monterrey, más allá de Tesla
Oficinas desafían 2024

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.