Indicador Político

Elías Calles, tras la creación del PAN


 
Hoy que el Senado le entregue la medalla "Belisario Domínguez" a los familiares de Manuel Gómez Morín, las razones no se agotarán en la fundación del PAN ni en su papel como constructor de instituciones sino en la alianza política de la derecha católica con Plutarco Elías Calles para combatir el radicalismo de Lázaro Cárdenas.
 

Es cierto que Gómez Morín fue uno de los funcionarios que construyó instituciones financieras bajo el gobierno de Plutarco Elías Calles, pero también fue el fundador del PAN en 1939, en el escenario de la coalición de intereses conservadores contra la Revolución Mexicana cardenista. Al ser derrotado Elías Calles con el exilio, los intereses de grupos de la derecha encontraron en espacio del PAN.
 
 
El politólogo Diego Velázquez Caballero, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, presentó hace poco en un congreso internacional de ciencia política el estudio "La influencia de Plutarco Elías Calles en la fundación del Partido Acción Nacional", en el que ofrece datos históricos del contexto de 1939 y el fruto panista de la relación personal de Elías Calles con Gómez Morín.
 
 
Dice el investigador: "el temor al cardenismo obligó a la coincidencia de callistas y católicos, de la derecha secular y la religiosa, que confluyeron no sólo en oponerse a la política de masas y a la modernización autoritaria de un nacionalismo revolucionario que cada vez se aproximaba a la izquierda sino que desarrollaron acciones conjuntas para boicotear el régimen corporativista de la Revolución Mexicana. Dentro de estas gestiones opositoras puede inscribirse la creación del Partido Acción Nacional".
 
 
Agrega: "al final del cardenismo, la Iglesia católica y el callismo se encuentran en posibilidad de desarrollar un pacto más avanzado que el modus vivendi utilizado para convivir al final de la guerra cristera. La nueva relación le permitió a la derecha secular quedarse con el partido oficial; aunque, ciertamente, Cárdenas no deja de influir. El régimen de la revolución se va a la derecha cuando Ávila Camacho permite el regreso del Jefe Máximo y deja la presidencia a Miguel Alemán (de quien últimamente se conocen sus vínculos nazis y derechistas). La derecha religiosa se quedará en el PAN donde los integralistas, los católicos sociales y liberales tratarán de desarrollar una institución política más democrática.
 
 
"Esta relación convergente entre la derecha religiosa y la derecha secular (es) analizada (…) para iniciar la exploración de la hipótesis que plantea observar al PAN como partido anticardenista y entender el sistema político mexicano como un espacio que cohesionó a las múltiples derechas a través de sociedades secretas-reservadas, instituciones de educación privada, empresarios, partidos políticos y facciones de la Familia Revolucionaria. Esta derecha se beneficia con el desarrollo estabilizador, reprime a las juventudes universitarias en los años sesenta --también bajo el argumento del judeocomunismo--, rompe con el régimen en el sexenio de López Portillo, regresa al poder con Salinas y, finalmente, logra la alternancia en el año 2000".
 
 
Inclusive, en su discurso de fin de gobierno en 1928, Elías Calles anunció la fundación del PNR --abuelo del PRI-- para articular a los grupos revolucionarios que se estaban matando entre sí y de paso convocó a la derecha a organizarse en un partido, pensando en un bipartidismo. El choque de Elías Calles con Cárdenas por la radicalización revolucionaria logró la alianza del menguado Jefe Máximo con los ideólogos panistas en 1939 que diez años antes, ante el fraude contra Vasconcelos, no vieron el espacio parta fundar un partido opositor al PNR.
 
 
De ahí que la medalla "Belisario Domínguez" a Gómez Morín no sea extraña al PRI.
 
 
www.grupotransicion.com.mx
 
carlosramirezh@hotmail.com
 
Twitter: @carlosramirezh
 

COLUMNAS ANTERIORES

El Chapo y la degeneración del Estado
Arrestan al “rico” consentido de Forbes

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.